Contradicciones al interior del gobierno por el status del Monte del Templo

Fuerzas de seguridad israelíes en el Monte del Templo. REUTERS/Ammar Awad

El status del Monte del Templo volvió a estar en el centro de la agenda pública luego de que distintos actores de la coalición oficial se refirieran a él.

En medio de la conmemoración de Tisha B’Av, el primer ministro Naftalí Bennett dio a entender que los judíos podían rezar en el sitio. Esto sería un cambio profundo del status actual, en donde los judíos pueden visitar pero no orar.

Históricamente, la posibilidad de que no musulmanes puedan rezar en esa zona ha sido una línea roja en la relación con los países árabes. Además de ser un sitio sagrado para el judaísmo, se trata del tercer lugar más santo para el Islam luego de la Meca y Medina.

Esta declaración del PM se dio luego de que un informe del Canal 12 revelara que grupos de judíos venían rezando en el Monte del Templo sin que hubiera interrupción por parte de las fuerzas de seguridad.

A pesar de los dichos de Bennett, la Oficina del Primer Ministro rápidamente enmendaron la situación. En declaraciones a la Radio del Ejército, explicaron que había sido un error.

El ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, reforzó esta idea. “No hay ningún cambio en el status quo en el Monte del Templo. Les hemos aclarado esto a los jordanos”, explicó en relación a los Waqf jordanos, los custodios oficiales del sitio.

El Monte del Templo ha sido en los últimos meses el foco de las mayores tensiones. La última escalada entre Israel y el terrorismo de Hamás comenzó justamente por las tensiones vividas en ese sitio de alto valor simbólico.

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