Continúa la lucha por Kiev en la guerra de Rusia y Ucrania

Por Jonathan Spyer

Tres edificios residenciales en Kiev fueron alcanzados por misiles balísticos rusos el martes por la mañana. Dos personas murieron y un número desconocido resultó herido. No hay indicios de que existiera un objetivo militar de ningún tipo en las inmediaciones de estos edificios. Los ataques se producen en una semana que ha visto las primeras muertes de periodistas extranjeros y ucranianos en la guerra.

Los tres periodistas fueron asesinados en la zona de Irpín, al noroeste de Kiev. Irpín, junto con las vecinas Bucha y Hostomel, han constituido el principal punto de enfrentamiento entre los defensores ucranianos de la ciudad y el ejército ruso que ha estado avanzando hacia el sur desde Bielorrusia en dirección a la capital ucraniana desde el 24 de febrero.

No hay gran misterio en cuanto a lo que está comenzando. Ha habido muchas críticas al desempeño táctico ruso en esta guerra. Se ha revelado que el ejército de Vladimir Putin, incluyendo algunas de sus unidades más prestigiosas, es torpe e inestable y, en ocasiones, sorprendentemente ineficiente. Aun así, la dirección general del conflicto es clara. El objetivo ruso parece ser rodear las principales ciudades de Ucrania al este del río Dniéper y volverlas inhabitables.

Este proceso se encuentra actualmente en su punto más avanzado en la ciudad de Mariúpol, en el sur de Ucrania. Allí, unas 2.200 personas, en su gran mayoría civiles, han muerto a causa de los bombardeos aéreos y el lanzamiento de misiles rusos en las últimas dos semanas. La ciudad permanece desafiante y está siendo destruida.

Más allá de los errores, percances y absurdos, las fuerzas rusas parecen estar operando de acuerdo con el dicho atribuido a Josef Stalin de que “la cantidad tiene una calidad propia”. Lo que significa que, independientemente de los errores, el gran tamaño y la capacidad de las fuerzas de Rusia en comparación con las de Ucrania deben finalmente lograr la victoria.

Kiev es el premio principal para Rusia. Su captura representaría el eclipse efectivo, temporal o permanente, de la independencia política de Ucrania. Pero el avance ruso hacia el inicio del asedio de la ciudad ha sido lento y errático. La resistencia ucraniana sigue decidida. La ciudad aún no está rodeada, aunque ahora está cerrada por el norte, el oeste y el este, y solo las salidas del sur siguen abiertas.

El convoy ruso de 60 kilómetros de largo que venía desde el 24 de febrero desde Bielorrusia ha comenzado esta semana a dispersarse por la ciudad. Se están desplegando obuses en posiciones de tiro. Las unidades blindadas se están desplegando en puntos de partida al norte de la capital, en el aeropuerto Antonov y en otros lugares. La batalla por la capital ucraniana ha comenzado. Los bombardeos de esta semana constituían su fase inicial.

Si la estrategia rusa es brutalmente simple, la respuesta ucraniana es igualmente clara. Actualmente se está produciendo el mayor movimiento de población visto en Europa desde 1945. Pero la huida de los refugiados de Ucrania hacia el oeste no representa una retirada general. Más bien, la intención es que los más vulnerables o incapaces de participar en el combate sean alejados lo más posible del peligro. El elemento encargado de la defensa nacional permanece en su lugar, organizado y decidido a resistir.

En un viaje periodístico a Kiev la semana pasada, tuve la oportunidad de observar la capital ucraniana, mientras se preparaba para enfrentar el ataque ruso, y de hablar con algunos de sus defensores.

La ciudad está en pie de guerra total. La mayoría de las tiendas están cerradas. Solo permanecen abiertas las tiendas de alimentación y algunas farmacias. La infraestructura para la guerra urbana está lista. Se han colocado “erizos checos”, hechos de vías férreas talladas, en los principales cruces de la ciudad. Han sido desplegados para impedir el paso de vehículos blindados rusos por las amplias calles de Kiev. También se han montado posiciones de tiro hechas con sacos de arena. Es seguro asumir que también se han preparado puestos similares dentro de edificios en el centro de Kiev.

Las conversaciones con los defensores de la ciudad indican que la moral es alta, incluso mientras continúa el esfuerzo ruso por cerrar la ciudad. Las fuerzas que esperan para enfrentarse a los invasores son una mezcla de tropas regulares y voluntarios de las estructuras de la “Defensa Territorial”. Estos últimos grupos auxiliares, cuya existencia fue formalizada en 2014, son un esfuerzo de las autoridades ucranianas por aprovechar el espíritu voluntario y los sentimientos patrióticos que han caracterizado a Ucrania desde las protestas de Maidan de ese año y las incursiones rusas posteriores.

Visité una sala de emergencias improvisada para la evacuación de heridos, preparada por los voluntarios en el norte de Kiev. En lo que había sido un hospital privado antes de la guerra, los voluntarios han establecido una instalación que se encargará de administrar los primeros auxilios a los combatientes heridos en combate.

En el patio del edificio, cuando entramos, combatientes voluntarios entrenaban con cuadricópteros. Estos pequeños drones demostraron ser un elemento clave en el combate urbano en el Medio Oriente durante la última década. También proporcionarán sorpresas tácticas para cualquier fuerza rusa que trate de ingresar a la capital ucraniana.

El Dr. Alexander Sikorski, de 40 años, es el comandante del centro médico. En la vida civil, un oncólogo clínico del Instituto Nacional del Cáncer de Kiev. Ahora dirige un equipo de 17 médicos, paramédicos y personal de enfermería.

Hablando rápidamente inglés con fluidez, moviéndose de prisa entre las reuniones con su personal, Sikorski es contundente en su evaluación de la situación.

“Hemos estado en guerra con Rusia durante los últimos ocho años. Los médicos que están en la ciudad ahora están aquí para ayudar a los ucranianos a permanecer en su tierra y proteger su ‘nave nodriza’ de Rusia. Eso es lo que estamos haciendo aquí. Esperamos que no sea necesario. Pero estaremos listos si es así”.

En otra instalación de la Defensa Territorial a unas cuadras de distancia, Taras Topol, de 34 años, médico voluntario, me abraza cuando se entera de que llegué de Israel.

“Aquí tenemos un vendaje hecho en Israel que ayuda a detener el sangrado”, me dice. “Muchos judíos se han quedado en la ciudad. Y muchos judíos están resistiendo con nosotros”.

En la vida civil, Topol es un cantante. Su banda Antityla (Anticuerpos) es muy conocida en Ucrania. “La gente aquí sabe que Israel tiene una larga historia de defensa de su independencia, viviendo cerca del enemigo”, dice. “Todos allí están en el ejército, todos entrenando, así que espero que, con Ucrania, después de esta guerra, sea lo mismo”.

El equipo médico, las camas, los medicamentos, todo está listo. Son elementos de lo que quizás sea el aspecto más notable de los acontecimientos en Ucrania desde el 24 de febrero: a saber, la durabilidad y el no colapso del estado ucraniano, y el espíritu de voluntariado y movilización nacional que se ha afianzado en Ucrania, contrariamente a muchas predicciones

Entonces, cuando el convoy de Putin finalmente se despliega alrededor de Kiev y los bombardeos se intensifican, las posiciones de los defensores están preparadas. En las calles y en los edificios. Defensas antitanques, posiciones de francotiradores y drones en su lugar. Los voluntarios, los cantantes armados y los médicos de Kiev, también están listos y preparados.

El ejército de Vladimir Putin ha demostrado ser un instrumento gravemente defectuoso hasta ahora en este conflicto. La pregunta sin respuesta es si Moscú aún puede lograr al menos una parte de sus objetivos mediante la aplicación de una fuerza abrumadora e indiscriminada.

La contra movilización de Kiev, tal vez irónicamente, recuerda las palabras pronunciadas por un soldado herido a Pierre Bezukhov en la gran novela de León Tolstoi sobre una guerra rusa anterior: “Hoy en día ellos no son tan especiales. Pretenden lanzarse contra toda la nación… y acabar con ella”. El final está por verse.

Fuente: The Jerusalem Post