El conflicto por el reclutamiento haredim ya es de larga data en Israel, pero se intensificó sobre todo luego del ataque de Hamás del 7 de octubre, que produjo un reclutamiento masivo por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
A partir de eso, desde distintos sectores se empezó a poner una mayor presión al gobierno para que quite el beneficio de excención del reclutamiento a los estudiantes de Yeshivá.
El conflicto se recrudeció esta semana después de que el gobierno publicara el pasado domingo los criterios para que las familias reciban subsidios de guardería para niños de 0 a 3 años.
Hasta ahora, las familias donde un padre trabaja y el otro estudia, como en el caso de los estudiantes de yseshivá, eran incluídos entre los beneficiarios del subsidio. Pero tras el vencimiento de la exención del servicio militar para los haredim, la oficina de la fiscal general dictaminó que estos estudiantes ya no eran elegibles para los subsidios.
A partir de esto, el ministro de Trabajo, Yoav Ben-Tzur, acusó a la fiscal general, Gali Baharav-Miara, de «¿”socavar los fundamentos democráticos” del gobierno al bloquear la decisión que extendía los subsidios para guarderías a estudiantes de yeshivá en edad militar.
Si bien la fiscal permitió un período de transición de tres meses en el que los estudiantes haredim en edad militar aún podían recibir los subsidios, consideró que extenderlo era legalmente inviable.
Los haredim no aceptan a nadie que no sea como ellos; discriminan. Bueno, a trabajar o a las FDI.
La fiscal general Gali Baharav hace mal uso del consabido pasuk de nuestros profetas
אבות אכלו בוסר ושיני בנים תקהינה.
Los chiquitos tienen el sagrado derecho de seguir en su jardín o escuelita; y doña Baharav, en vez de usar a los niñitos para ‘castigar’ al padre, se busque otra forma de incitar al padre a cumplir con las obligaciones civiles y militares que le corresponden como ciudadano del país.