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Colaboracionistas judíos. Reflexión.

14 de diciembre de 2024 ,
Brazalete de un oberkapo (kapo jefe). Foto: Wikipedia - Dominio público

“Que para los herejes y para los delatores no haya esperanza, y que para todos los pecadores protervos perezcan en un instante”.
Recitación en el rezo judío de la Amidá (oración que se realiza parado).


Protervos.


La palabra viene del latín protervus que significa perverso, u obstinado en la maldad.


Entonces viene a mi mente, palabras como kapos (colaboracionistas de los nazis), judenrat (consejo judío designado por las autoridades alemanas para oficiar como una suerte de autogobierno colaboracionista para cada gueto judío) o los famosos sonderkomandos (grupos de prisioneros que transportaban los cadáveres de sus hermanos desde las cámaras de gas hasta los hornos crematorios y otras tareas conexas).


Y si bien, deberíamos aclarar y aceptar que muchos fueron colaboracionistas forzados o coaccionados por sus carceleros y asesinos, hubo también entre ellos delincuentes o gente de mal vivir, alejados en general de la vida comunitaria o tentados por la oferta de poder sobrevivir o de alguna participación o “ganancia” por la delación o la colaboración, sumando días de vida o una mejor ración de comida para ellos o sus familias.


Como sea, para integrar ese combo, era necesario que al terrible miedo instalado, esto hiciera pie en individuos con cierta proclividad a poder cerrar los ojos y poder desentenderse y justificarse ante el sufrimiento de sus hermanos y de su propio pueblo.


Mi abuelo Naftali Karchmer Z”L, que luchó en la Segunda Guerra Mundial, como soldado en el ejército polaco, como partisano, y luego como intérprete del ejército Rojo, y contó hace décadas a  mi madre, sobre este capítulo vergonzoso de la historia judía.


Incluso, cuando escribía, estando ya en Israel, muchos le aconsejaron no publicar ni hurgar demasiado en un tópico que resulta para muchos urticante y obvio molesto ya que se consideraba podía opacar el extenso historial de heroísmo y sacrificio de miles de judíos en los bosques, guetos, y en los ejércitos aliados y aún en las IDF en todas las guerras de Israel por su supervivencia.


Colaboracionismo y traición.


Dos palabras que se enganchan, y se alimentan mutuamente. Ayer me desayuné que en Israel de 30 a 60 israelíes y entre ellos varios judíos, funcionaban como células reclutadas por Irán con diferentes tareas que va desde el espionaje que pone en riesgo la seguridad nacional, hasta pasar datos y planificar atentados para asesinar a funcionarios o ex-funcionarios del país.


7/10.


Cuando se produjo el terrible ataque de Hamás contra las zonas linderas de la Franja de Gaza, recordé las palabras de mi padre Samuel Daitch Z“L, qué bancario él me repetía: “no se puede asaltar un Banco sin que haya un entregador”.


Hoy, esta detención, parecería confirmar que los dichos de nuestros padres son verdades eternas que llevan el sello de la experiencia de años vividos. ¿Hay judíos dispuestos a entregar a sus hermanos por ideología, locura o por dinero?


En Israel y en la diáspora.


No solo en Israel, ahora también en la diáspora argentina y criolla, tenemos Instituciones ortodoxas, que son depredadoras de ocasión y arman falsas denuncias contra sus propios hermanos judíos, utilizando abogados gentiles, a los fines de obtener réditos (apropiarse de inmuebles y dinero) y beneficios que inclusive involucran causas de menores, y con la excusa de la protección de los pequeños, emplean el oxidado brazo de la justicia argentina, para poder retener niños y hasta bebes, y lucrar con donativos y subvenciones (asistencia económica) tanto del estado como de privados.


Por suerte, el nuevo ministro de justicia del actual gobierno de Javier Milei, ya presentó un proyecto en el Senado para agravar penas por “falsas denuncias”.


Falsas denuncias que destruyen la vida de individuos y de sus familias.


Ahora también un Tribunal religioso de Israel se expide contra una persona (¡de la comunidad judía Argentina a más de 20000 km de distancia!), diciendo que debe ser execrada de la comunidad, por acusaciones de un presunto delito contra la moral y de naturaleza sexual, siendo que por el momento es solo una imputación (acusación) grave pero aún no certificada en proceso legal, es decir, un caso que aún no ha comenzado a investigarse plenamente en la justicia local, llamando la atención que la persona acusada por esta vía recibe una condena social a eternidad y por anticipado, sin  el suficiente derecho a la legítima defensa.


Un océano de delaciones.


Y un océano de falsas denuncias. O por lo menos gran parte de ellas.


Y la pregunta estalla por todos los lados: ¿qué está pasando en el seno del pueblo judío?


El tópico no es nuevo, ya que hay antecedentes de conspiraciones y mentiras y espías y delatores aún antes de la Segunda conflagración mundial.


Final: y no se trata de ocultar ilícitos, pero al mismo tiempo, llamar la atención sobre aquellos depredadores y oportunistas de ocasión.


Para concluir, tanto bajo la bota nazi, como en la actualidad, grupos o instituciones o aún tribunales religiosos, que instan a denunciar indiscriminadamente ante tribunales de gentiles, a los fines de maquillar la intención de lucrar con conflictos o desgracias ajenas. O desconociendo la atmósfera local que se vive en cada comunidad y comunidad.


Resulta claro que los protervos, que son delatores y entregadores cuya única motivación sea ganar dinero a cualquier precio, sin mirar el daño que ocasionan, que no haya para ellos esperanza.


Los espías judíos atrapados en Israel, y aquellos temeím (impuros) en esta extensa diáspora, muestra que, también hay, mucha mala hierba en este campo de rosas rodeado de afiladas espinas, y que es necesario que grupos de prominentes rabinos y jueces se reúnan a los fines de abordar el tópico, en toda su extensa variedad de modelos y colores.


Tanto en Israel como en la diáspora, donde el objetivo final debería ser la mejor imparcialidad y prudencia, a los fines de poder investigar in- extenso y poder llegar a “separar la paja del trigo”.


Reitero, no estoy a favor de pactos de silencio, pero si llamar la atención y reunirnos y cuestionarnos, la razón por la cual muchos judíos están dispuestos a vender a sus hermanos.


Y termino como en el relato de Iosef hijo de Yaakov que pregunta al extraño (un ángel con apariencia humana) ¿en dónde estaban sus hermanos? ¿Y en dónde estaban/están pastoreando el ganado?


A ellos estoy buscando.


Dr. Natalio Daitch

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