Cine: Champions (Campeones, España, 2018)

29 marzo, 2019 ,
Foto: captura de pantalla de YouTube

Dirección: Javier Fesser – Guión: Javier Fesser, David Marquès

Hay que adelantar que la película ha tenido un gran éxito en España y se ha alzado con premios de gran categoría. Es necesario reconocer que se mide con un tema difícil y especialmente con actores que no lo son fuera de algunos principales. Y el principal es el protagonista Marco Montes (Javier Gutierrez, excelente), es un entrenador de baloncesto profesional que tiende a entrar en conflicto con su principal, el primer entrenador, se siente relegado y dejado de lado por éste, así que ahí ya hay un primer conflicto.

El resultado es ser despedido del equipo, su sueño anterior era ser un jugador pero su estatura está lejos de permitirlo, pues se toma unas copas de más y ahí ya entra en choque frontal, además de literal con la autoridad. Hay un juicio y la jueza lo condena a tres meses de servicios para la sociedad y se ve obligado a dirigir a un grupo atípico de jugadores, integrado por personas con discapacidad intelectual que sería el nombre políticamente correcto para describirlos y no retardados como Marco los ve y es inmediatamente reprendido por el director de la institución.

Se entera que precisamente ha sido asignado ahí porque la jueza es la sobrina de aquél, así `que todos los caminos para una posible evasión quedan cerrados.

Se ha intentado reclutar a otros entrenadores pero estos han rechazado la oferta de plano, y Marco está obligado a formar un equipo que pueda competir a base nacional con otros semejantes.

Su situación familiar deja bastante que desear, está separado de su esposa Sonia (Athenea Mata, encantadora), ella quiere tener hijos y él dice que tenerlos a más de cuarenta años, es peligroso, y ahí en su nueva capacidad se topa con ejemplos vivos de a lo que se refiere.

Vive con su madre Amparo (Luisa Gavasa). Otro motivo por la negativa de Marcos a tener hijos puede deberse a que su padre los abandonó en su infancia.

Los diez discapacitados intelectualmente son un grupo con, no digamos taras, muy diversas características, se distinguen entre sí y no son semejantes en nada. Uno de ellos trata constantemente de abrazar al entrenador que se aparta por el mal olor de ese que nunca se lava, otro puede repentinamente quedar paralizado y hay que esperar que se le pase el momento. Durante el desarrollo del film se agrega una muchacha bajita que contrariamente a su estatura no privilegiada tiene la tendencia de ser violente cuando haga o no haga falta. Pues hay entrenamiento siguiendo dificultosamente las instrucciones de Marco, ya que cada uno lo hace a su manera, hay que señalar que el cineasta se cuida mucho en parecer que haya burla en los diversos incidentes que no dejan de ser cómicos, hay un gran respeto y si se quiere cariño hacia los tales “campeones” y si Marco a veces se desespera porque no hacen lo que les pide, logra retenerse y desde un principio negativo empieza a quererlos a lo largo de su aventura con ellos. Surgen a veces las preguntas de qué se concibe como normal y qué se relega adonde la vista no debe llegar, una comodidad general.

La normalidad es algo bastante relativo y cada uno tiene sus fallas como Marco mismo ya se han señalado algunas. Integrar un partido deportivo en un film tiene sus bemoles ya que el interés se desvía de lo que està pasando entretanto, pero el cineasta hace un buen trabajo cuando finalmente se llega al partido por el campeonato de esa singular liga, la transmisión es paralela con lo que ocurre entre los protagonistas insólitos que se han elegido y para los cuales se acaba teniendo simpatía sobreponiéndose a un embarazo primero.

El elemento didáctico a lo largo del film no hace demasiada mella, menos de lo que podía esperarse con un tema tan singular. A la larga se trata de un feel good movie, en el cual el espectador se somete a las evidentes manipulaciones para llegar a feliz término.

Lo que sí molesta es la música estruendosa que pretende indicarle al público cómo y donde emocionarse y realmente se le va la mano en ese empeño. ■

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