Bajo una intensa lluvia y por momentos hasta caída de granizo, los manifestantes ondearon banderas ucranianas y alzaron pancartas con mensajes contra el presidente ruso, Vladimir Putin.
«Putin asesino», «Putin es el nuevo Hitler» y «Detengan el ataque ruso en Ucrania», rezaban algunos de los carteles que portaban los manifestantes, que cantaron y gritaron mensajes en hebreo, ucraniano y ruso, mientras muchos de los presentes hicieron referencia a sus familiares que permanecen en Ucrania.
Por otra parte, los manifestantes mostraron su descontento ante lo que consideraron una respuesta demasiado medida por parte de Israel ante la ofensiva rusa.
Durante el día de ayer, tanto el primer ministro, Naftali Bennett, como el ministro de Exteriores, Yair Lapid, expresaron su solidaridad para con el pueblo ucraniano y pusieron a su disposición ayuda humanitaria.
Si bien Bennett no cuestionó directamente la agresión rusa, Lapid la describió como «una grave violación del orden internacional» y dijo que aún no es tarde para «volver a la mesa de negociaciones con la mediación de las potencias mundiales para resolver las disputas de manera pacífica». EFE
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