Chiune Sugihara, un batallador contra la barbarie y su propio gobierno para salvar judíos

Ayuntamiento judío de Praga

Chiune Sugihara, Sempo en su apodo japonés, nació el 1 de enero de 1900 en Yaotsu, Prefectura de Gifu, Japón. El apellido original de sus padres era Iwais, muy común en esas tierras. Cuenta la leyenda que cuando el padre de Sempo, Mitsugoro Iwais, cumplió el servicio militar en Manchuria y Siberia en 1895, contrajo tuberculosis. Fue entonces que recibió el cuidado especial de un oficial llamado Kosui Sugihara y, en gratitud, le ofreció convertirse en su hijo adoptivo, una costumbre de esos años. Pero algunos familiares atribuyen el cambio de nombre a una razón no tan noble. Por la misma época, Yaotsu implementó un nuevo servicio postal; un Sugihara tenía más posibilidades de recibir la correspondencia adecuada que docenas de Iwais. (Fuente citada y consultada: 
https://www.raoulwallenberg.net/es/destacados/sempo-quot-chiune-quot/).

Sinagoga de Praga

Chiune era de clase media, y su madre, Yatsu Sugihara, era de la clase alta samurái. Sugihara era el segundo hijo entre cinco muchachos y una muchacha. Cuando nació, su padre trabajaba en una oficina de impuestos en Kouzuchi y su familia vivía en un templo budista cercano, donde nació. Desde la infancia, el padre quería que el niño Chiune fuera médico, pero él, finalmente, se graduó en la Universidad en literatura inglesa. En 1919 aprobó el examen de aptitud del Ministerio de Asuntos Exteriores, tras lo cual fue asignado a Harbin, China, donde además estudió ruso y alemán y, donde más adelante, se convirtió en experto en asuntos rusos. (Fuente citada y consultada:
https://es.wikipedia.org/wiki/Chiune_Sugihara).

Como director del Ministerio de Asuntos Exteriores en Manchukuo, un estado títere que Japón había establecido en Manchuria bajo supervisión japonesa, Sugihara negoció la compra del ferrocarril del norte de Manchuria a la Unión Soviética en 1932. Como hablaba ruso con fluidez, los japoneses enviaron a Sugihara a Kovno, la capital de Lituania, en noviembre de 1939. Había aprendido el idioma de emigrantes rusos durante 16 años en Harbin, Manchuria. Se le ordenó que proporcionara a Japón información de inteligencia sobre los movimientos de las tropas soviéticas y alemanas en la región báltica. (Fuente citada y consultada:
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/chiune-sempo-sugihara).

EUROPA ENTRA EN GUERRA

En esos años, ya comenzada la Segunda Guerra Mundial tras el ataque y ocupación de Polonia por los alemanes, en 1939, Alemania habían comenzado la persecución de los judíos en los territorios ocupados por sus tropas. La “solución final” estaba en marcha y los planes para el exterminio de millones de judíos estaba sobre la mesa de Hitler. En este contexto, miles de judíos, sobre todo en Polonia, Austria, Alemania y la difunta Checoslovaquia trataban de escapar a su aciaga suerte y conseguir visados para poder viajar fuera de estos países y salvar sus vidas ante una muerte segura.

Cementerio judío de Praga

Así las cosas, y ya presintiendo la terrible suerte que aguardaba a millones de judíos, Sugihara era consciente de la grave situación que atravesaba a Europa, tanto en los territorios ocupados por los nazis como los que estaban en manos de los soviéticos. Lituania, donde había sido enviado, se encontraba atrapada, precisamente, entre los alemanes y los soviéticos.

Así relata Yad Vashem el trabajo desempeñado por Sugihara: “Sugihara también intercambió información con miembros de organizaciones clandestinas polacas en Lituania y emitió para ellos visas para el tránsito por Japón en 1940. Reconoció la urgencia de la situación de Lituania luego de la ocupación de las fuerzas soviéticas en junio de 1940 y la ola de arrestos por parte de la policía secreta soviética que la acompañó. Es posible que Sugihara también haya comprendido que, con Europa occidental sumida en la guerra, la mejor vía de escape para los refugiados de Lituania era una ruta oriental por la Unión Soviética hacia Japón”. (Fuente citada y consultada:
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/chiune-sempo-sugihara).

LITUANIA, ENTRE LOS NAZIS Y LOS SOVIETICOS

Sobre la situación en Lituania nos da buena cuenta el escritor Baruj Tenembaum: “Lituania, hasta el momento de la guerra, había sido un enclave de paz y prosperidad para los judíos, la mayoría de los cuales no habían caído del todo en la cuenta, o no creían, en el alcance del plan de exterminio nazi que se estaba llevando a cabo en Polonia. Los refugiados trataban de explicar que estaban siendo asesinados en masa, pero los judíos de Lituania continuaban con sus vidas normalmente. Las cosas comenzaron a cambiar para peor el 15 de junio de 1940, cuando los soviéticos invadieron Lituania. Era ya demasiado tarde para huir hacia el Este. Irónicamente, los soviéticos les permitirían a los judíos polacos emigrar fuera de Lituania a través de la Unión Soviética … pero sólo si podían obtener ciertos documentos”. (Fuente citada y consultada:
https://www.raoulwallenberg.net/es/destacados/sempo-quot-chiune-quot/).

La situación era desesperada y, muy pronto, el diplomático nipón fue consciente de la gravedad de la misma, tal como nos relata Yad Vashem en sus páginas: “Cuando Lituania fue anexada por la Unión Soviética en el verano de 1940 los diplomáticos extranjeros fueron notificados que debían abandonar el país hasta fines de agosto. Mientras estaba haciendo sus maletas, Sugihara fue informado de que una delegación judía estaba esperando a la entrada del consulado y solicitaba encontrarse con él. Estaba encabezada por Zeraj Warhaftig, un refugiado judío que años más tarde se convertiría en ministro del Estado de Israel. Sugihara accedió entrevistarse con la delegación para una breve conversación. Ésta había llegado con un pedido desesperado. Los refugiados judíos en Lituania estaban pasando momentos muy difíciles, viendo como las puertas de los países del mundo se cerraban ante ellos. Se había vuelto prácticamente imposible obtener visados de inmigración a cualquier parte del mundo. En su desesperada búsqueda de países que les permitieran la entrada encontraron que Curazao -en ese entonces una colonia holandesa- no exigía visados de ingreso. Ello les permitiría abandonar Lituania, pero dado que la guerra había clausurado las posibilidades de viajar hacia occidente, la delegación le solicitó al cónsul que emitiera visados de tránsito. Con éstos podrían obtener permiso para cruzar la Unión Soviética”. (Fuente citada y consultada:
https://www.yadvashem.org/es/righteous/stories/sugihara.html).

Pero Japón no quería emitir visas para los judíos ni para los refugiados que huían de los soviéticos y de los nazis. Las tres veces que Sugihara solicitó autorización para emitir visas, recibió la misma negativa del Ministerio del Exterior en Tokio. Así relata Baruj Tenembaum lo que ocurrió después: “Discutió entonces la cuestión con su esposa e hijos. Debía tomar una difícil decisión. Había sido educado bajo la estricta y tradicional disciplina japonesa. Por un lado, estaba limitado por la obediencia. Por el otro, debía ayudar al necesitado. Sabía que si desafiaba las órdenes de sus superiores podría ser despedido y deshonrado, y probablemente nunca más trabajaría para su gobierno. Esto repercutiría en la situación económica y en el honor de su familia. Temió por la vida de su esposa, Yukiko, y por las de sus hijos pero, finalmente, obedeció al mandato de su conciencia. Firmaría las visas sin contar con el permiso de Tokyo”.

Durante veintinueve días, desde el 31 de julio hasta el 28 de agosto de 1940, Sempo y Yukiko Sugihara pasaron interminables horas escribiendo y firmando visas a mano. Más de 300 visas por día, cantidad que normalmente significaba un mes completo de trabajo para todo un consulado. Sin detenerse siquiera para comer, Sugihara decidió no perder un solo minuto de tiempo. La gente aguardaba el permiso de tránsito haciendo fila durante el día y la noche. Cientos de postulantes se transformaron en miles. Sugihara trabajaba contra el reloj: sabía que no pasaría mucho tiempo hasta que lo forzaran a cerrar el consulado y abandonar Lituania. (Fuente citada y consultada:
https://www.raoulwallenberg.net/es/destacados/sempo-quot-chiune-quot/).

Sigue relatando Tenembaum lo que sucedió después: “Continuó emitiendo documentos incluso hasta el momento de la partida del tren que lo llevaría desde Kovno hasta Berlín, el 1º de septiembre de 1940. Cuando el tren dejó la estación, le entregó su sello oficial a un refugiado, quien así podría salvar a otros judíos. Una vez que recibían sus visas, los refugiados no tardaban en trasladarse a Moscú en tren, y de ahí a Vladivostok en el ferrocarril trans-Siberiano. Desde allí, la mayoría continuó hacia Kobe, Japón, ciudad en la que se les permitió permanecer por varios meses. Luego fueron enviados a Shangai, China”.

En un tren transfronterizo y acompañado de su familia, Sugihara dejó Kaunas en dirección a Berlín en septiembre de 1940, cuando Lituania había sido anexionada ya por la Unión Soviética. Pese a su demostrada audacia, la masiva emisión de visados que había hecho en aquel país no dejaba de preocuparle, más aún ahora que le llegaban rumores de que su actividad en favor de los judíos había exasperado al Gobierno nipón e iba a ser llamado a consultas, un riesgo que él calibraba mejor que nadie. Cuando Sugihara se fue de Lituania, ya había emitido visas a 2.140 personas. Estas visas cubrieron también a otras 300 personas aproximadamente, en su mayoría niños. Sin embargo, no todos los que tenían visas pudieron irse de Lituania antes de que la Unión Soviética dejara de otorgar visas para la salida.

Ya en Berlín, el embajador japonés en Alemania, Kurusu Saburō, no hizo mención al tema de las visas de Sugihara. Es de suponer que en la Embajada japonesa se conocía perfectamente la alta valoración de que gozaba Sugihara como agente de inteligencia. “La razón debió de ser que Sugihara se había curtido y pertenecía ya al grupo más selecto de los agentes de inteligencia japoneses especializados en la Unión Soviética. Era imprescindible, la brújula que indicaba el derrotero que debía seguir Japón”, señala Shiraishi Masaaki, estudioso de la figura del diplomático que es, además, uno de los responsables del Archivo Diplomático del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón. (Fuente citada y consultada:
https://www.nippon.com/es/japan-topics/c06704/).

SUGIHARA EN PRAGA

Su siguiente destino, después de una breve estancia en Berlín sería Praga, donde continuaría arriesgando su vida de una forma heroica y salvando judíos, tal como relata la periodista nipona Saito Katsuhisa: “Desde Berlín, Sugihara se dirigió hacia su siguiente destino en el Consulado General de Japón en Praga (Checoslovaquia). A la sazón, la capital checa estaba ocupada por el ejército alemán y bajo el dominio absoluto de los nazis. Medio mes después de que Sugihara asumiera su cargo, Japón, Alemania e Italia suscribieron el Pacto Tripartito o Pacto del Eje. Como diplomático de un país aliado de Alemania, se esperaba de Sugihara que actuara todavía con mayor prudencia. Pero, lejos de eso, continuó impertérrito, emitiendo visados para los refugiados judíos desde las mismas fauces del nazismo”.

Así continúa el relato de Katsuhisa acerca de lo que sucedió: “Sin embargo, a su llegada a Praga, había pasado ya año y medio desde la desmembración de Checoslovaquia y el terror nazi se había extendido a todos los rincones de la ciudad. Las familias más adineradas habían huido al extranjero y los refugiados judíos que buscaban el amparo de Sugihara carecían todos del dinero suficiente para cruzar la frontera. Además, Sugihara había recibido ya en varias ocasiones instrucciones del Ministerio de Asuntos Exteriores para que respetase escrupulosamente los requisitos impuestos para la concesión de visados. Por eso, se cree que Sugihara siguió emitiendo visados en secreto y por su cuenta y riesgo, sin dejar registro del trámite”.

Hay noticias confusas acerca de lo que ocurrió después a Sugihara, ya que algunas fuentes hablan de que fue a Kaliningrado como diplomático y que después de sus misiones diplomáticas, 1945 o 1946, según las fuentes, fue destituido por el gobierno japonés de entonces. Hemos preferido ofrecer al lector la fuente que nos parece más fiable y es la que relatamos a continuación.

A este respecto, la Enciclopedia del Holocausto de US Holocaust Memorial Museum, por los general bien informada y precisa, relata así sus últimos días: “Sugihara se fue de Lituania a principios de septiembre de 1940. Los japoneses lo trasladaron a Praga en Bohemia y luego a Bucarest, Rumania, aliado de Alemania, donde se quedó hasta el final de la guerra. Durante la victoriosa marcha del ejército soviético por los Balcanes en 1944, los soviéticos arrestaron a Sugihara junto con otros diplomáticos de naciones enemigas. Las autoridades soviéticas los retuvieron a él y a su familia, en buenas condiciones, durante los tres años siguientes. Cuando Sugihara regresó a Japón en 1947, el Ministerio de Asuntos Exteriores lo jubiló con una pequeña pensión, como parte de una gran reducción de personal establecida durante la ocupación estadounidense”

Poco antes de su muerte, en 1986, Yad Vashem le confirió el título de Justo entre las Naciones en 1984 y honró al antiguo cónsul japonés con una ceremonia en Jerusalén en enero de 1985. Miles de judíos polacos con las visas de Sugihara sobrevivieron bajo la protección del gobierno japonés en Shangai. Alrededor de seis mil refugiados huyeron a Japón, China y otros países en los meses subsiguientes a la obtención de tan preciadas visas. Habían escapado del Holocausto, Sugihara se había transformado en un héroe.

Fuentes citadas y consultadas:
The Raoul Wallnberg Foundation:
https://www.raoulwallenberg.net/es/destacados/sempo-quot-chiune-quot/

nippon.com
https://www.nippon.com/es/japan-topics/c06704/

Enciclopedia del Holocausto de US Holocaust Memorial Museum:
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/chiune-sempo-sugihara

Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Chiune_Sugihara

Yad Vashem:
https://www.yadvashem.org/es/righteous/stories/sugihara.html

por Ricardo Angoso

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