Capitulación

Pablo Sklarevich
Tres terroristas menesterosos de la ciudad periférica de Umm al Fahm, armados con dos metralletas de fabricación casera del tipo “Carlo” o “Carl Gustav”, diseñada en la época de la Primera Guerra Mundial, y una pistola, lograron introducir a Israel, el país más poderoso de Oriente Medio, en una crisis estratégica. Pero, por supuesto,  no hay que dales a ellos todo el crédito. No lo hicieron solos.  Para ello contaron con la complicidad del Gabinete de Gobierno que actuó en forma confusa, vacilante y en zigzag. Cuando era claro, desde un principio, que la instalación de los detectores de metal conducía a Israel a una trampa; el primer ministro dubitativo dejó que las cosas se agravaran peligrosamente, en vez de resolverlas de inmediato. Eventualmente, el Gobierno de súper derecha que prometió seguridad y honor nacional terminó capitulando vergonzosamente ante la presión de la calle palestina.
El incidente con el guardia de seguridad de la Embajada israelí en Jordania fue la escalera que le permitió al primer ministro, Biniamín Netanyahu, bajarse del altísimo árbol al que se había subido; pero difícilmente pueda suavizar el desprestigio que sufrió el Estado judío y la erosión que padece su figura de jefe del Ejecutivo, ya bastante vapuleada por las investigaciones policiales.
De hecho, el Ejército de Defensa de Israel (Tzahal) y el Servicio de Seguridad General (Shabak) se lo habían advertido. Cuando se percibió, desde un principio,  que instalación de los detectores de metal era una medida problemática desde el punto de vista de costo-beneficio; el primer ministro se dejó arrastrar por su instinto de supervivencia política, que él mismo aparentemente calcula que está atado al respaldo de la derecha más dura. Entonces, vaciló, y dejó las cosas agravarse hasta que ya nadie podía negar, parafraseando al Hamlet de William Shakespeare, que “algo está podrido en Dinamarca”.
El incidente en Jordania le cayó como “un regalo del cielo” -aunque costó la vida de dos jordanos-;  pero no alcanza para tapar el sol con las manos: en vez de una retirada táctica, Netanyahu condujo al Estado de Israel a la capitulación.

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