En un evento interreligioso, la organización Bnei Brit International de Portugal y el Observatorio Internacional de Derechos Humanos recordaron la bondad de una monja que recitó el kadish para un judío de Oporto, cuando no había otra persona que lo hiciera, y honró al obispo de esa ciudad, Manuel Linda, para recordar los actos individuales de bondad de los católicos en Portugal hacia los judíos.
En 1982, la comunidad judía de Oporto se redujo a una veintena de judíos muy divididos entre ellos, cuando el refugiado alemán Emil Oppenheim falleció. El funeral no estuvo a la altura de las circunstancias, lo cual molestó a dos monjas católicas que lo habían cuidado durante sus últimos años de su vida.
Con la ayuda del consulado alemán, se organizó una reunión en el cementerio entre las monjas y un judío de la comunidad, también de origen alemán, Rudolf Lemchen, que trajo consigo un sidur. Lemchem recitó el kadish solo y casi en silencio, pero a la monja le pareció insuficiente y tomó el sidur para leerlo ella misma en voz alta.
El episodio fue recordado en un cortometraje producido por la Comunidad Judía de Oporto, titulado “El Kadish de la Monja”.
La película está disponible en https://www.youtube.com/watch?v=Taq5Tv44q4o
El acto conmemorativo tuvo lugar a principios de mes en la sede de Bnei Brith Portugal, y durante el mismo los oradores recordaron los actos de bondad católicos individuales, a lo largo de la historia, incluso en tiempos de persecución a la comunidad judía, y rindieron homenaje al obispo por su papel en la defensa de los derechos humanos en general y de los judíos en particular.
Gabriela Cantergi, presidenta de Bnei Brith International Portugal, dijo que “a menudo se niegan los derechos humanos a los judíos en un mundo que ataca a los judíos y al único Estado judío y los asocia con connotaciones profundamente negativas, ignorando todo lo bueno que los judíos e Israel han hecho”.
“Por eso debemos reconocer, recordar y agradecer a quienes apoyan al pueblo judío y defienden nuestros derechos humanos. Nuestra relación con la Iglesia católica no ha sido fácil históricamente, pero debemos recordar a aquellas personas que hicieron el bien a judíos individuales, como la monja y el obispo”, afirmó la directiva judía.