Por Eldad Shavit y Sima Shine
Las conversaciones sobre el regreso al acuerdo nuclear celebradas la semana pasada en Viena se detuvieron por iniciativa de los europeos y los Estados Unidos para permitir que las partes regresen a sus capitales para realizar consultas.
Los europeos y estadounidenses acusaron a Irán de «romper con casi todos los difíciles compromisos alcanzados en meses de duras negociaciones» con la delegación enviada por el ex presidente iraní Rouhani, y que Teherán «exige cambios sustanciales» al acuerdo.
Irán, que ha presentado dos documentos de posición sobre las sanciones y el programa nuclear, sostuvo que las conversaciones no habían llegado a un callejón sin salida y pidió a los europeos que presenten sus propias propuestas.
El escepticismo que prevaleció en vísperas de las conversaciones sobre las perspectivas de llegar a un acuerdo sobre la vuelta al trato siguió siendo el mismo después de esta ronda.
También se mantuvo la cuestión de si el régimen iraní decidió volver a las conversaciones por un deseo de llegar a un acuerdo o, alternativamente, si ya se había decidido en Teherán que no habría retorno al acuerdo original y la llegada a Viena tenía la intención de ganar tiempo.
Mientras tanto, Irán continúa avanzando en su programa nuclear en violación de todas las cláusulas del acuerdo y con medidas más audaces que antes.
Israel ha pasado información sobre los preparativos iraníes para el enriquecimiento de uranio al 90% (nivel para armas nucleares), y la OIEA anunció que Irán ha comenzado a enriquecer uranio al 20% mediante centrifugadoras avanzadas en la instalación subterránea de Fordow.
Además, el sábado pasado se informó de una explosión en el área de Natanz, y los iraníes anunciaron que se trataba de un ejercicio de defensa aérea en el área.
Esto se refleja tanto en los preparativos para un posible ataque a las instalaciones nucleares, como también una señal para cualquier parte que esté interesada en llevar a cabo un ataque de que Irán tiene un sistema de defensa alerta y eficaz.
Por el momento, Estados Unidos y los europeos insisten en que el acuerdo debería incluir el cumplimiento total de Irán de los términos del acuerdo a cambio del levantamiento de las sanciones.
En esta etapa, hasta donde se sabe, no se han presentado nuevas ideas sobre un acuerdo interino para debatir.
Aunque las partes todavía están interesadas en avanzar en la opción diplomática, europeos y estadounidenses están impacientes y amenazan repetidamente con que el tiempo se está acabando y que es probable que las nuevas medidas tomadas por Irán en el programa nuclear vacíen el contenido del acuerdo.
El secretario de Estado Blinken reiteró que si las conversaciones fracasan, Estados Unidos tiene «otras opciones» además de la diplomacia y otro alto funcionario, aparentemente Rob Malley, aclaró en una sesión informativa a los periodistas que «Washington se está preparando para un mundo en el que no hay regreso al acuerdo nuclear «.
En el contexto de las conversaciones, se ha intensificado el enfrentamiento público entre Israel y Estados Unidos, incluido el relato de una conversación telefónica que el primer ministro Bennett mantuvo con el secretario de Estado Blinken, en la que pidió a Estados Unidos que abandonara las conversaciones de inmediato.
En esta etapa, la administración estadounidense permanece contenida, al menos públicamente, en respuesta a los ataques israelíes.
Al mismo tiempo, los informes de noticias en Israel discuten la reevaluación de las FDI [Fuerzas de Defensa de Israel] de la posibilidad de que se requiera atacar a Irán en el futuro.
A nuestro entender, la crítica pública a Estados Unidos no cambiará su política y, en cambio, le hará el juego a Teherán, que ve con satisfacción las tensiones entre Jerusalén y Washington.
También existe el peligro de que la postura negativa e intransigente y la agitación de la «opción militar» de Israel perjudiquen significativamente su capacidad para influir en la evolución de la cuestión.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies