Arqueólogos israelíes explican los vínculos entre la caza de elefantes y las canteras paleolíticas

Los elefantes eran el componente dietético principal de los primeros humanos en Galilea Alta. Foto: Oleksandr P/Pexels.Los elefantes eran el componente dietético principal de los primeros humanos en Galilea Alta. Foto: Oleksandr P/Pexels.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv, dirigidos por Mein Finkel y Ran Barkai, del Departamento de Arqueología y Culturas Antiguas del Cercano Oriente publicaron los resultados de su último estudio en la revista especializada Achaeologies.

La investigación buscaba dar respuesta a lo que hasta ahora había sido un enigma: ¿por qué durante el paleolítico el Homo Erectus construía canteras de piedras y sitios de fabricación de herramientas? Es decir, ¿por qué estos cazadores recolectores volvían siempre a los mismos lugares durante miles de años?

El equipo de la TAU estableció una hipótesis: esto está relacionado con las rutas de migración de los elefantes, una de sus principales fuentes de alimentación.

Barkai explica que “los antiguos humanos requerían tres cosas: agua, comida y piedra. Mientras que el agua y la comida son necesidades para todas las criaturas, los humanos dependían de herramientas de piedra para cazar y despiezar animales, ya que carecen de las garras afiladas o colmillos de otros depredadores”.

Esta conclusión llega luego de casi dos décadas de investigación en los sitios de cantería de pedernal y fabricación de herramientas en la Alta Galilea, ubicados cerca de los principales sitios paleolíticos del Valle de Hula, como Gesher Benot Ya’akov.

Al cruzar la base de datos de la distribución de los sitios con la base de datos de las rutas de migración de los elefantes, los arqueólogos  descubrieron que los sitios de cantería de pedernal estaban situados cerca de los caminos de migración.

Luego aplicaron un modelo adaptado a varios sitios del Paleolítico Inferior en Asia, Europa y África, y descubrieron que podría tratarse de una regla universal.

Barkai lo pone en términos sencillos: “parece que la sagrada trinidad del Paleolítico es universal: dondequiera que hubiera agua, había elefantes, y dondequiera que hubiera elefantes, los humanos tenían que encontrar rocas adecuadas para cantería y hacer herramientas para cazar y despiezar a sus megaherbívoros favoritos”.

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