Representantes de la comunidad judía y de la sociedad civil argentina, autoridades políticas y familiares exigieron el fin de la «impunidad» del atentado contra la mutua AMIA, en el 23 aniversario de un «golpe contra la libertad» que acabó con la vida de 85 personas en Buenos Aires.
Unas 2.500 personas se congregaron este frío día del invierno austral frente a la sede de la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA) en el barrio porteño de Once bajo el lema «23 años de impunidad en la historia de todos».
La ceremonia arrancó, como cada año, con el sonido de una sirena a las 09.53 hora local, la hora exacta a la que en ese mismo lugar estalló una bomba el 18 de julio de 1994.
«Hace ya 23 años que la impunidad se nos ríe en la cara. Pasaron muchos gobiernos y todos se llenan la boca de promesas que jamás cumplen», denunció Jennifer Dubin, hija de Norberto, una de las 85 víctimas mortales, en un discurso realizado al comienzo del acto.
A él acudieron autoridades políticas locales y nacionales, como el jefe del Gabinete de Ministros, Marcos Peña, o el titular de la cartera de Justicia, Germán Garavano.
Dubin hizo hincapié en que los mismos funcionarios que cada año se comprometen con los familiares y allegados de las víctimas no sufrieron hace 23 años lo que supone buscar a sus seres queridos, que fueron «brutalmente asesinados», entre «los escombros».
«A ninguno le importa el atentado de la AMIA», criticó.
Después de guardar un minuto de silencio, se leyeron los nombres de los fallecidos, se relataron historias de algunos de ellos y se realizó una ofrenda floral en recuerdo de cada víctima.
Los oradores no se olvidaron de mencionar a Alberto Nisman, quien durante una década fue el fiscal especial de la causa hasta su muerte el 18 de enero de 2015, cuando fue hallado con un disparo en la sien cuatro días después de acusar a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) del supuesto encubrimiento de los iraníes señalados como responsables del atentado.
El presidente de la AMIA, Agustín Zbar, destacó que aunque el atentado tuvo un móvil «antisemita», la sociedad ha ido «comprendiendo» que, en realidad, se trató de un ataque contra todo el país.
«Fue un golpe contra la democracia y la libertad que tanto nos costó recuperar», aseguró antes de pedir la «unidad» de los ciudadanos para terminar con la «impunidad» de un suceso que fue «producto del terrorismo de un Estado extranjero».
El ataque a la AMIA fue el segundo contra objetivos judíos en el país, después de que 29 personas murieran en 1992 al explotar una bomba frente a la embajada de Israel, también en la capital argentina.
La planificación y ejecución de ambos se atribuyen a Irán y a su peón, el grupo terrorista libanés Hezbollah.
«La impunidad que padecemos es la república que nos falta», insistió Zbar en referencia a todos los delitos que no han sido resueltos por la Justicia del país austral, antes de pedir «justicia, paz y verdad», los «tres pilares morales» sobre los que, a su juicio, se debe sustentar el mundo. EFE y Aurora
Los Kirschner, ¿eran tan indecentes?.