El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, informó que Irán estaba aumentando la capacidad de enriquecimiento de uranio al 60%.
La agencia liderada por el argentino Rafael Grossi certificó que “Irán había configurado un nuevo modo operativo para la producción de UF6 enriquecido hasta en un 60% en U-235”. Esto significa que el régimen persa está cerca del 90% de pureza, el necesario para las armas nucleares.
Bajo los compromisos nucleares firmados durante la gestión del presidente estadounidense Barack Obama, Irán no podía pasar el 3,67% de enriquecimiento. Esto garantizaba el uso pacífico de uranio, evitando la confeción de bombas.
Además, el acuerdo explicitaba que Irán no podía fabricar metal de uranio. Grossi afirmó que el régimen de los ayatolás había creado 200g de ese metal, también usado para armas atómicas.
El acuerdo, conocido como JCPOA, tenía como contrapartida el alivio de las sanciones contra Irán. Israel siempre se mantuvo opositor al pacto. Con la llegada al poder de Donald Trump, Estados Unidos se retiró del pacto y aumentó la sanciones. Irán, por su parte, desconoció los compromisos previos y retomó su plan nuclear.
Joe Biden dijo públicamente que esperaba revivir el acuerdo nuclear. En abril comenzaron las charlas en Viena, entre representantes iraníes y europeos. Sin embargo, para junio se frenaron sin avances.
La Unión Europea señaló este mes que esperaba retomar las conversaciones con el nuevo gobierno liderado por el ultraconservador Ebrahim Raisi. Estados Unidos también instó a volver al diálogo, luego de las revelaciones de la OIEA.