Chiquita Levov – Texto y fotos

“Aida”, conocida también como la ópera “egipcia” de Giuseppe Verdi, es sin duda una de las más queridas y famosas del repertorio operístico. El público israelí tiene ahora la oportunidad de verla y apreciarla en una nueva producción dirigida por el famoso director griego Stathis Livathinos, que pone en el centro del escenario y en forma muy original el sufrimiento humano y el alto precio pagado por los perdedores y los ganadores de la guerra. Con la Sinfónica de Israel Rishon Lezion dirigida por el conductor italiano Giuliano Carella y con la participación del Coro de la Ópera Israelí, dirigido por Assaf Benraf, que es el elemento más destacable de esta producción por una brillante interpretación. También se destacaron los bailarines del Teatro de Danza Inbal en la coreografía de Otto Pichler y un elenco de solistas de renombre mundial provenientes de ocho países diferentes, interpretando los roles principales, encabezados por Leonardo Caimi, Mónica Zanettin y Justina Gringyte. Se presenta hasta el 9.7 en el Hogar de la Opera de Tel Aviv.

Recordemos que “Aida” fue compuesta por Giuseppe Verdi, para un libreto escrito por Antonio Ghislanzoni y basado en un resumen de Auguste Mariette. Desde que se representó por primera vez en 1871 en el Hogar de la Ópera de El Cairo, luego se ha presentado en todos los escenarios de ópera de todo el mundo. El argumento de la ópera cuenta la historia de amor de Radamés, comandante del ejército egipcio por Aida, la hija de Amonasro, rey de Etiopía, capturada por los egipcios y que en cautiverio sirve a Amneris, la hija del faraón rey de Egipto, que está enamorada de Radamés.

Aida y Radamés quieren vivir su amor a pesar de las grandes dificultades. Tras la victoria del ejército egipcio el rey Amonasro es cautivado, pero no revela su identidad. Aida intenta persuadir a Radamés para que huya a un país donde puedan realizar su amor y durante la conversación este revela un secreto militar, que es escuchado por Amonasro. Radamés es acusado de traición y enterrado vivo, en una cueva en la misma que está Aida y los dos mueren juntos.

Como director cercano al corazón de la cultura griega antigua, Livathinos enfatiza la fuente de la cual las grandes tragedias griegas derivan su poder y habilidad para expresar el gran sufrimiento involucrado en guerras y campañas de venganza. Esta es la primera colaboración del director con la Ópera Israelí. En Grecia, se desempeña como director artístico del Teatro Nacional Griego, y se nos informa que las producciones de teatro y ópera que ha dirigido a lo largo de los años han tenido mucho éxito en todo el mundo.

En esta producción tiene un papel clave el diseño de Alexander Polzin del impresionante del escenario que, siendo bastante austero, ayuda a reforzar el drama que se viven en el mismo. El vestuario, Andrea Schmidt-Futterer es muy adecuado pues utiliza símbolos del antiguo Egipto de una manera que les da un estatus temporal, acorde con el mensaje universal de la producción. Se destaca principalmente el vestuario y maquillaje del coro que interpreta a los cautivos y al pueblo.

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