Una aeronave de origen desconocido atacó hoy, domingo, una base de la milicia chií pro-iraní en la ciudad de Anbar, en el oeste de Irak, anunció el sitio de noticias de internet libanés Al Mayadeen.
El informe no aclara si hubo heridos o daños materiales.
Un ataque similar tuvo lugar hace dos días contra milicias chiís apoyadas por Irán, en la ciudad siria de Albukamal, junto la frontera entre Siria e Irak, dejando un saldo de al menos cinco combatientes muertos y nueve heridos. Un canal de la televisión iraquí atribuyó el ataque a Israel.
Los analistas sugieren que el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní controla las milicias chiís agrupadas en la organización paraguas autodenominada Unidades de Movilización Popular (UMP) en Irak, que ha sido atacada en las últimas semanas por aviones no identificados.
Abu Mahdi al Mohandis, cabecilla de las Unidades de Movilización Popular, acusó a Estados Unidos e Israel de estar detrás de estos ataques, algo que el embajador estadounidense en Bagdad, Matthew Toller, negó la semana pasada en una reunión con el presidente del Parlamento iraquí, Mohamed al Halbusi.
El pasado día 17, el primer ministro iraquí dijo en un encuentro con varios medios locales que cree que Israel puede haber sido el autor del ataque a los emplazamientos de la Unidades de Movilización Popular, aunque enfatizó que no hay evidencia de ello.
«Si queremos ir al Consejo de Seguridad (de la ONU) ¿qué vamos a presentar? No tenemos ninguna evidencia sino algunos comunicados de prensa, por lo que nosotros, como estado, necesitamos cosas concretas para mover las cosas diplomáticas», dijo.
Lo que sí tiene claro el primer ministro iraquí es que la crisis regional no es algo nuevo, sino el resultado de la acumulación de crisis asociadas con el conflicto en Irak, Siria y el Golfo y la guerra en Yemen.
«Si Irak se convierte en un campo de batalla, toda la región y el mundo se incendiarán”, afirmó. Aurora y EFE