La construcción planeada de una planta de cemento en el desierto de Judea ha enfurecido a los residentes beduinos de la zona, así como a las ONG israelíes que temen que se pueda causar graves daños ambientales y contaminación.
El conflicto entre la policía palestina y los residentes beduinos estalló esta semana en la zona de Rashaida del desierto de Judea después de que la Autoridad Palestina anunciara su intención de construir una gran planta de cemento cerca de Khatsatson.
El miércoles, planificadores de la Autoridad Palestina llegaron a la zona y recibieron protestas de familias beduinas de la tribu Rashaida, que viven en la zona.
Los residentes temen que la construcción de la planta y la infraestructura conexa conduzca a peligros para la salud, la contaminación y el ruido que dañarán el ambiente del desierto y empujarán a sus rebaños de los pastos tradicionales.