El régimen de Corea del Norte realizó su prueba más importante: los expertos creen que el cohete podría transportar la ojiva más grande y destructiva de Pyongyang. Crece la tensión antes de las elecciones en EEUU y con soldados norcoreanos en Ucrania entrenados por Rusia
Las fuerzas aéreas de Estados Unidos y Corea del Sur realizaron ejercicios conjuntos el jueves, mostrando una rápida respuesta al último lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) de Corea del Norte, que marcó un récord en tiempo de vuelo y generó nuevas preocupaciones sobre el avance del programa armamentístico del régimen.
El ejercicio militar, que incluyó cazas F-16 y KF-16 de ambos países volando en formación sobre la península coreana, se desarrolló pocas horas después de que Pyongyang lanzara lo que las autoridades creen podría ser un nuevo tipo de ICBM de combustible sólido.
Según datos recogidos por Tokio y Seúl, el misil voló durante 87 minutos —el vuelo más largo registrado para un misil norcoreano— y alcanzó una altura máxima de 7.000 kilómetros antes de caer en aguas al norte de Japón, aproximadamente a 1.000 kilómetros de su punto de lanzamiento.
El Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur indicó que el misil siguió una trayectoria parabólica, un ángulo casi vertical que permite evaluar capacidades sin sobrevolar territorios vecinos. Los expertos sugieren que este tipo de pruebas pueden utilizarse para examinar si un misil puede transportar ojivas más pesadas.
El portavoz militar surcoreano Lee Sung Joon reveló que el misil norcoreano podría haber sido lanzado desde un vehículo de lanzamiento de 12 ejes, la plataforma móvil de lanzamiento más grande del Norte. La revelación de este nuevo vehículo de lanzamiento en septiembre había generado especulaciones sobre el desarrollo de un ICBM más grande que los existentes.
El líder norcoreano Kim Jong-un, quien supervisó personalmente el lanzamiento, calificó la prueba como una “medida militar apropiada” que demuestra la “determinación de contraataque” en respuesta a lo que considera amenazas de sus adversarios. A través de un comunicado difundido por la agencia estatal KCNA, Kim reafirmó que su país “nunca cambiará su estrategia de desarrollar sus capacidades nucleares”.
Los expertos: “Ojiva más grande y destructiva”
Que un misil vuele más alto y durante más tiempo que antes significa que el empuje de su motor ha mejorado. Dado que las pruebas anteriores de misiles balísticos intercontinentales realizadas por Corea del Norte ya han demostrado que, en teoría, pueden alcanzar el territorio continental de EE.UU., es probable que el último lanzamiento estuviera relacionado con un esfuerzo por examinar si un misil puede transportar una ojiva mayor, según los expertos.
Jung Chang Wook, director del think tank Foro de Estudios de Defensa de Corea en Seúl, señaló a la agencia AP que el misil involucrado en el lanzamiento del jueves podría transportar la ojiva más grande y destructiva de Corea del Norte. Agregó que el lanzamiento probablemente también estaba diseñado para probar otros aspectos tecnológicos que Corea del Norte necesita dominar para avanzar aún más en su programa de ICBM.
Jung especuló además con la posibilidad de que expertos rusos hayan dado consejos tecnológicos sobre el lanzamiento de misiles desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, visitó Corea del Norte para reunirse con Kim en junio.
El experto Lee Choon Geun, investigador honorario del Instituto de Política de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur, indicó a AP que los primeros resultados del lanzamiento del jueves sugieren que Rusia podría haber proporcionado un componente propulsor clave que puede aumentar el empuje del motor del misil. Explicó que “un mayor empuje permite que un misil transporte una carga útil más grande, vuele con más estabilidad y golpee un objetivo con más precisión”.
“No hay razón para que Corea del Norte desarrolle otro nuevo ICBM cuando ya tiene varios sistemas con rangos de hasta 10.000 a 15.000 kilómetros que podrían alcanzar cualquier ubicación en la Tierra”, dijo por su parte a la AP Kwon Yong Soo, profesor honorario de la Universidad de Defensa Nacional de Corea del Sur.
“Corea del Norte probablemente pensó que sus rivales podrían menospreciarla después de haber entregado tantos recursos militares a Rusia”, explicó a la agencia estadounidense Yang Uk, experto del Instituto Asan de Estudios Políticos de Corea del Sur. “El lanzamiento puede haber sido concebido como una demostración para mostrar de lo que es capaz, independientemente de los envíos de tropas u otros movimientos”.
El uso de lo que parece ser tecnología de combustible sólido representaría un avance significativo. A diferencia de los misiles de combustible líquido, estos pueden ser transportados y lanzados con mayor rapidez, haciéndolos más difíciles de detectar y destruir.
Aumento de la tensión
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., Sean Savett, calificó el lanzamiento como “una violación flagrante” de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que “eleva innecesariamente las tensiones y arriesga desestabilizar la situación de seguridad en la región”. Savett agregó que EE.UU. tomará todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad del territorio estadounidense y sus aliados Corea del Sur y Japón.
El lanzamiento coincide con un momento de creciente tensión internacional. El miércoles, durante una reunión en Washington, el secretario de Defensa estadounidense Lloyd Austin y su homólogo surcoreano Kim Yong-hyun condenaron el despliegue de tropas norcoreanas en Rusia. Austin reveló que soldados norcoreanos, equipados con uniformes y material ruso, ya se encuentran cerca del frente en Ucrania.
La prueba también genera preocupación por su proximidad a las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre. Los servicios de inteligencia surcoreanos advirtieron el miércoles que Pyongyang ha completado los preparativos para realizar un nuevo ensayo nuclear, lo que podría aumentar las tensiones en la región.
En los últimos dos años, Kim ha utilizado la invasión rusa a Ucrania como una ventana para incrementar las pruebas de armas y las amenazas, mientras expande la cooperación militar con Moscú. Corea del Sur, Estados Unidos y otros países afirman que Corea del Norte ya ha enviado artillería, misiles y otras armas convencionales para reponer los arsenales menguantes de Rusia.
Los expertos dicen que además de las tecnologías nucleares y de misiles rusas, Kim Jong-un probablemente espera la ayuda de Rusia para construir un sistema de vigilancia espacial confiable y modernizar las armas convencionales de su país. Según señalan, Kim probablemente recibirá cientos de millones de dólares de Rusia por los salarios de sus soldados si permanecen estacionados en Rusia durante un año.