Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron este martes haber bombardeado «objetivos» del grupo terrorista chií Hezbollah, armado y patrocinado por Irán, tanto en el este como en el sur del Líbano.
«Entre los objetivos atacados hay edificios que almacenaban armas, centros de mando (de Hezbollah) y otra infraestructura», detalló un comunicado castrense, que dijo que los bombardeos provocaron «explosiones secundarias», lo que indicaría la presencia de armamento en los edificios.
Las Fuerzas Aéreas «seguirán operando para desmantelar y degradar las capacidades y la infraestructura terrorista de Hezbollah», añadió el texto.
Por su parte, y hasta el mediodía, Israel dijo haber identificado este martes el lanzamiento de más de un centenar de cohetes de Hezbollah contra el norte del país, tras una nueva ráfaga de diez cohetes que activaron las alarmas en la región de la Baja Galilea y el área de HaAmakim, sin causar heridos.
Alrededor de las 9:40 horas de la mañana, las alarmas sonaron también en la zona de la Alta Galilea, donde se identificaron unos 50 proyectiles que cruzaban desde el Líbano. «La mayoría fueron interceptados y varios cayeron en la zona» dañando edificios y causando fuegos, detalló el vocero castrense.
Debido a la creciente inseguridad, más escuelas del norte de Israel -en los pueblos al sur de Haifa como Megido, Yokneam Illit, Daliyat al Karmel o Isfiya- han sido cerradas, al igual que ya lo estaban los colegios de Haifa hasta la frontera norte.
El portavoz militar en árabe, Avichay Adraee, reiteró en X a los libaneses que se alejen de los edificios usados por Hezbollah «a una distancia no inferior a un kilómetro». Desde ayer, decenas de miles de libaneses han abandonado sus casa en un ambiente de terror y caos, y escuelas han sido habilitadas para recibir a los desplazados.
Funcionarios estadounidenses le dijeron a la cadena norteamericana CNN que los ataques israelíes en el Líbano han degradado en forma significativa la capacidad militar del grupo terrorista Hezbollah, haciéndolo retroceder veinte años. Aurora y EFE