Con corredores, sin corredores, lo que importa son las cabezas

2 septiembre, 2024

por Mauricio Aliskevicius

Hoy con la declaración de una huelga general por la Histadrut, tenemos otra vez la demostración de que el país se divide en dos, más explícito es decir que se parte al medio, para beneplácito de Sinwar y su padre putativo Jamenei.

Seguimos perdiendo puntos en la guerra y en nuestra imagen ante el exterior, sean amigos o enemigos.

No somos estrategas militares o políticos, pero con los simples ojos de una persona común que mira lo que está sucediendo y piensa, sacamos las siguientes conclusiones:

     

      1. Desde el punto de vista militar se puede decir que nuestro ejército tiene acorralado a los terroristas dentro de los límites de Gaza, y la guerra podría terminarse en un par de días liquidando a los enemigos que quedan vivos.

    Un solo impedimento -demasiado valioso- frena el accionar del ejército, y especialmente de la aviación: la vida de los rehenes.

       

        1. Desde el punto de vista diplomático, ya hemos visto que nada se logra, y el motivo es muy simple: un par de puntos que impide que las partes se pongan de acuerdo, cada parte con sus razones. Ambas partes culpables, no excluyo a ninguna.

        1. Población, ejército y gobierno saben perfectamente que esta guerra se podría haber liquidado en días o semanas, pero no se pudo lograr -ni se logrará nunca- mientras haya rehenes en poder de los terroristas, y mientras los responsables israelíes no cedan en su meta que es la eliminación de Hamás.

      Mientras tanto: siguen muriendo rehenes, siguen muriendo nuestros soldados, sigue estando el país en guerra con todo lo que eso significa económicamente y también social y psicológicamente.

      Dejando muy claro que los responsables pueden tener razón o pueden estar equivocados, razonando muy simplemente vemos dos problemas.

      Primero: deberíamos poner en la balanza qué es lo mejor, si creemos que lo más importante es salvar a los rehenes, tendremos que parar la guerra, desalojar toda Gaza y los corredores que cercan y dividen a Hamás, y liberar un número importante de asesinos que están hoy en nuestras cárceles.

      Debemos tener en cuenta que como contrapartida logramos:

         

          1. Hamás se declara triunfadora y sin duda pasará a dominar a Gaza, pero también a Judea y Samaria, y recibirá el apoyo del mundo islámico.

          1. Corremos el peligro de que Sinwar escape por túneles a través del corredor Philadelphi, llevándose consigo a los rehenes que continúan vivos, y que nunca más los veremos porque pasarán a ser su seguro de vida quién sabe dónde.

          1. Los palestinos se rearmarán y serán mucho más fuertes por haber logrado lo que querían, y porque se les unirán los miles de asesinos que ellos exigen que Israel libere. Tendrán mejor armamento porque Israel no podrá impedir que entre a Gaza y a Cisjordania, enviado y financiado por Irán y Catar.

          1. Existe la posibilidad de que cumplan con la entrega de los rehenes. Lograremos la recuperación de ellos, sean vivos y muertos, y dejarán de morir nuestros soldados (por un tiempo). No sabemos qué sucederá con Hezbollah y la frontera Norte. Seguramente considerarán que somos débiles y atacarán con todo su potencial.

          1. En muy poco tiempo tendremos otro 7 de octubre, pero esta vez será multiplicado quién sabe por cuánto.

         Segundo: supongamos que en vez de parar la guerra y aceptar las condiciones de Sinwar, decidimos recrudecer el combate e ir a fondo en los túneles y superficie de Gaza.

        Con esto obtendríamos:

           

            1. Eliminar a Sinwar y a los que queden resistiendo junto a él.

            1. Eliminar el peligro de tener a Gaza como un bastión buscando eternamente nuestra eliminación.

            1. No quedarán sueltos asesinos, o quedarán muy pocos, los encarcelados seguirán donde están.

            1. Seguramente de un día para el otro tendremos guerra total sin límite con Hezboallah al Norte y con los palestinos de Cisjordania.

            1. Nuestros soldados -y muchos civiles- morirán en la guerra.

            1. Habrá una mínima posibilidad de recuperar vivos a algunos de los rehenes.

          Como vemos, pactando o no con Sinwar, dejando o no libre el corredor Philadelphi, liberando o no a todos los presos palestinos, metiendo todo el poderío militar en Gaza o dejando toda se extensión sin un solo soldado, es Israel quien pierde.

          ENTONCES, ¿CUAL ES LA SOLUCIÓN MEJOR?

          Con mi poca imaginación, y con lo que creo que toda la población israelí estará de acuerdo (punto fundamental), voy al título: eliminar las cabezas.

             El pueblo de Israel deberá decidir cuál primero, pero se deberán dar dos pasos:

                              -eliminar en Teherán la cabeza del pulpo que quiere engullirnos, y

                              -eliminar en Israel a las cabezas culpables del agujero en el que estamos metidos, los políticos responsables del 7 de octubre y decisiones posteriores, los jefes militares que tengan responsabilidad de haber fallado de esa forma. Según los últimos números publicados, ninguno de los que permitieron que 6.000 asesinos rompieran más de 100 puntos de nuestras fronteras y asesinaran a 2.000 personas entre el 7 de octubre y la fecha actual. 

          Solamente eliminando esas cabezas volveremos a tener tranquilidad y un país unido, probablemente bien gobernado y seguramente bien protegido.

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          5 thoughts on “Con corredores, sin corredores, lo que importa son las cabezas”
          1. Su sugerencia de eliminar a la cabeza del gobierno de Israel huele más a venganza que a algo propositivo. No veo en el arco político de Israel a alguien que pueda tomar las riendas del país de manera más eficiente. Al menos por ahora. Mal que nos pese, considero a Netanyahu el más idóneo para conducir los destinos del país en este momento.

          2. Aquí interesan e importan las cabezas y los corredores, interesa e importa todo lo que valga o vale para la defensa y protección de Israel. Es una pena que los no amigos hablen mal y que los amigos se dejen influir por los criticones, mas, en definitiva, que hablen o dejen de hablar resulta secundario cuando la propia defensa, existencia y/o supervivencia se hallan en juego.

            1. Puedo estar muy de acuerdo con usted, pero me siento totalmente inseguro si los que me defienden son los mismos que fracasaron el 7 de octubre.

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