Los cuentos que hicieron llorar a Messi, disponibles para descargar gratuitamente

Son dos emblemáticos relatos de Hernán Casciari sobre La Pulga. “Escribo sobre cosas que me conmueven”, sostiene. Y por qué dice que el futbolista “es un perro”

“Descubrí esta tarde, mirando ese video, que Messi es un perro. O un hombre perro”, escribe Hernán Casciari. “Messi es el primer perro que juega al fútbol”. Esa teoría, donde mezcla postales de su vida familia, de su infancia y de Lionel Messi, la desarrolla en un cuento de 2012 que se volvió increíblemente viral. Messi es un perro es un relato lleno de humor que habla también de Totín, el perro que Casciari tuvo de chico y miraba una esponja amarilla en una suerte de trance imposible, una conexión casi mística con el objeto extraño. Lo mismo le pasa a Messi cuando juega al fútbol, cuando mira el balón.

La valija de Lionel es la crónica que hizo emocionar hasta las lágrimas al propio Messi. Publicado por revista Orsai, el texto recuerda las consultas en el chat de argentinos viviendo en Barcelona, que variaban desde aspectos culinarios, como encontrar una carnicería que corte la carne “paralela al nervio” o una panadería que ofrezca “sanguchitos de miga”, hasta buscar compañeros de piso en la zona del Eixample.

Ambos relatos acaban de publicarse por el sello Leamos, en la colección Leamos Cuentos, y pueden descargarse de forma gratuita en BajaLibros clickeando aquí. Ahora, del otro lado del teléfono, el escritor nacido en Mercedes, provincia de Buenos Aires, en 1971 —autor de una docena de libros, director del gran proyecto que es Orsai y lector multitudinario—, responde cuatro preguntas sobre Messi, la literatura y sus momentos como hombre perro.

Cuatro preguntas

—Messi se abordó desde todos los ángulos posibles, pero nunca desde la literatura: ¿por qué decidiste escribir sobre él?

—Yo nunca tomo una decisión en la escritura. Yo escribo sobre cosas que me conmueven o que me llaman la atención. Escribí un texto sobre Messi en 2012 que se llamó Messi es un perro porque estaba viendo videos y noté que la mirada introspectiva de él cuando ve la pelota se parecía mucho a la mirada de un perro que yo tenía, un salchicha, que miraba la esponja patito todo el tiempo de esa manera. No escribí estratégicamente un texto, sino que se me ocurrió que eso podía ser interesante y divertido. Fue el primer texto que escribí sobre él en 2012 que se viralizó tremendamente. Y después escribí otro texto, el segundo y último en 2022, después de que Argentina salió campeón en Qatar, porque también me pasó algo de recordar una época de mi migración en Barcelona en 2003-2004, donde escuché por primera vez la palabra Messi y rápidamente lo até a una historia de migrantes a la que Messi también pertenece. Y esas fueron las dos únicas veces que escribí sobre el tema. Yo debo tener 800, 900 cuentos publicados y sobre Messi están solamente esos dos y con diez años de diferencia. Así que no hay decisión en la escritura. Yo creo que nunca decidí escribir sobre nada, sino que son cosas que me pasan por la cabeza, se me ocurren y está el teclado cerca. A veces hay alcoyana alcoyana.

—¿Qué representa Messi para vos, en lo personal?

—Es un jugador de fútbol excepcional. A mí el fútbol me interesa bastante como fenómeno social y quien lo representa con mayor altura en este momento es Messi. Y entonces me interesa un montón, pero no más que eso. Ahí hay un gran interés sobre la personalidad de cualquier ídolo popular masivo, como lo fue en su momento Maradona, Fidel Castro, Perón, Eva Perón. Es muy loco cuando todo tu entorno o todo el mundo conoce a una misma persona. Hay algo de fascinante o de hipnótico en ese lugar.

[Messi es un perro y La valija de Lionel se pueden descargar gratuitamente de BajaLibros clickeando aquí.]

—¿Cuál es el primer recuerdo que se te viene de Argentina campeón del mundo en Qatar 2022?

—Mi hija Pipa, la de siete, la más chiquita. Mi hija Pipa nació e inmediatamente salió campeón Racing y a los siete años vio a la Argentina campeón. No tuvo que esperar nada. La miré y sin decirle nada, con la mirada, le dije: que no se te haga costumbre porque esto es muy inusual. Me acuerdo mucho de eso.

—¿Con qué cosas sos como Messi, como Totín, un hombre perro que entra en trance?

—He tenido épocas. En mi juventud, entre los 12, 13 años y pasados los 20, la literatura a mí me hipnotizaba. Me tiraba a leer un libro a las diez de la noche, levantaba la vista y había amanecido, y yo no me he dado cuenta cómo había pasado tanto tiempo. Entraba realmente en trance. Un poco más tarde, entre los 30 y los 40, cuando empecé a escribir con mucha fluidez, hay un momento en la escritura que es absolutamente excepcional, en donde pareciera que tu cerebro está proyectando una película y que tus dedos están transcribiendo eso al papel. Hay un momento muy lindo de trance que no pasa todo el tiempo, pero que cuando pasa es muy inusual y que me llama mucho la atención. Y ahora, en esta tercera etapa, que es la que se llama vulgarmente la vejez, lo que más quiero es dormir. Me gusta mucho dormir. Los trances míos están en el sueño, ya no están en la vigilia. Dormir y tomar agua fría me gusta mucho: las dos cosas.

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