Con el aumento de los costos de la guerra a lo largo de todo el año, crece la expectativa por conocer el presupuesto para el 2025, y se espera que la aprobación por parte del gobierno se retrase más de lo habitual.
Es por esto que el Ministerio de Finanzas, de manera autónoma, está preparando una serie de recortes de gastos y aumentos impositivos para alcanzar los objetivos presupuestarios que vienen en camino. El organismo gubernamental espera con estas nuevas medidas achicar el gasto en unos 25 mil millones de NIS, es decir, más de 6 millones de dólares.
Además del aumento en el gasto militar y civil que continúa desde el ataque de Hamás del 7 de octubre, la agencia de calificación Fitch acaba de rebajar la calificación crediticia del país por los riesgos geopolíticos y el impacto de los combates en las finanzas.
Todos estos factores obligan al gobierno a dar respuestas, y en el futuro cercano hacer un esfuerzo por sostener la responsabilidad fiscal.
Las medidas de emergencia en las que trabaja el ministerio incluyen la fusión de los dos tramos más bajos del impuesto sobre la renta y además, se evalúa la posibilidad de echarse atrás con varios cambios fiscales y beneficios que ya estaban planificados para 2025.
El presupuesto estatal para 2025 debía ser aprobado por la Knéset antes de fin de año para que las medidas puedan entrar en vigor en enero. De no aprobarse el presupuesto antes del 31 de marzo, el gobierno se vería obligado a convocar elecciones anticipadas.