Elad Levintal y un equipo de investigación en la Universidad Ben-Gurión del Néguev (BGU) están estudiando el cambio climático y su relación con los distintos entornos terrestres, acuáticos y atmosféricos.
Uno de los principales enfoques de la investigación en el laboratorio de la universidad es el desierto, un área poco estudiada en el campo de los estudios climáticos.
En este sentido, Levintal explicó que se están “enfocando en el movimiento de los gases de efecto invernadero entre el suelo y la atmósfera” y agregó que “es un poco triste decirlo, pero la mayoría de las universidades con recursos no están cerca de los desiertos, por lo que hay menos estudios sobre los desiertos”.
Los desiertos cubren más del 40% de la superficie terrestre del planeta y actúan como sumideros y fuentes de carbono, con interacciones complejas entre el suelo, la vegetación y la atmósfera.
Aprovechando su proximidad a los ecosistemas desérticos, el equipo de la BGU busca analizar cómo estas regiones áridas contribuyen y son afectadas por el cambio climático, a través de una combinación de experimentos de campo y desarrollo tecnológico avanzado.