Elecciones en Israel

29 octubre, 2022 ,
Foto: Pixabay

Mauricio Aliskevicius

El precio de desentenderse de la política es el ser  gobernado por los peores hombres.
Platón

La gente que se resiste al cambio no puede resistir cambiar a peor.
Oscar Wilde

Yo soy, y siempre seré, un payaso eso me coloca en un nivel muy superior al de cualquier político. Charles Chaplin

El estancamiento se repite y las diferentes encuestas reiteran resultados anteriores, o sea que ninguno de los bloques logrará la mayoría de 61 escaños.

Las causas son conocidas: demasiados grupos políticos, la gente adulta continúa votando lo mismo, no hay una Constitución ni leyes que contemplen una salida a esta situación. No hay líderes que tengan convocatoria como los hubo en los primeros años de existencia del Estado.

Los jóvenes en su mayoría ya declararon que no piensan votar porque hacerlo no les cambia nada, las personas mayores son fieles a una línea, por lo que no cambiarán su voto.

Por lo tanto, la predicción es que seguiremos en la misma situación, lo que nos llevaría a una sexta elección también inútil.

Analizando las causas y conociendo la forma de pensar de la gente, nos atrevemos a ofrecer soluciones que sí podrían sacarnos del estancamiento.

PRIMERA SOLUCIÓN – Establecer la obligatoriedad del voto. Todo ciudadano debe votar, y si no lo hace deberá tener un castigo, que puede ser una multa en dinero o una obligación de trabajo comunitario de cierta cantidad de días, o quedar inhabilitado para alguna situación como ser hacer trámites ante ciertas oficinas, etc.

Esta obligatoriedad reflejaría con exactitud qué es lo que la población desea. Quienes no ejercen el derecho a votar están dejando que otros decidan el resultado de las elecciones, pero no queda claro qué opina la mayoría.

SEGUNDA SOLUCION – Después de establecer la primera, dar valor al voto en blanco.

Este voto significa que la persona que vota en blanco está expresando que no le gusta ninguna de las opciones que tiene, ninguna de las listas o de los candidatos.

Pero en este caso se debe legalizar un sistema como el que está vigente en España -por ejemplo- y es que la suma de votos en blanco significará asientos vacíos en el Parlamento. Un cinco por ciento de votos en blanco será un cinco por ciento menos de parlamentarios.

Por lo tanto, quedará sin efecto la necesidad de tener 61 votos para lograr mayoría. Quedará más clara la intención de voto de la ciudadanía, habrá una economía ya que se disminuirá la cantidad de parlamentarios. Y será más sencilla la formación de gobierno.

La fórmula sería más completa si hubiera una constitución, pero dada la dificultad de lograr esto, esencialmente porque parte de la población entiende que el país se debe regir por la Torá, este punto se podría dejar para un futuro.

Queda un tema de difícil solución. Si Israel está declarado país para los judíos, qué se debe hacer para aquellos ciudadanos que no son judíos, pero sí son ciudadanos.

Para esto propondríamos lo siguiente: toda persona no judía con derechos a ser ciudadanos, tendría la opción de serlo o no. En caso de querer la ciudadanía, deberá hacer servicio militar al igual que los demás. Esto implica el respeto a la patria, y sus símbolos, como ser la bandera y el himno. Se debe lograr una solución clara y aceptada porque de otra forma caeríamos en una discriminación que quedaría catalogada dentro del concepto de apartheid.

Las dos primeras soluciones mencionadas son imprescindibles, y no son tan discutibles como otras. 

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