Situada a unos 25 kilómetros de Roma, Ostia Antica fue un importante puerto del Imperio Romano, donde se desarrollaron diversas comunidades y religiones.
Hasta ahora, la presencia judía en la ciudad se conocía principalmente por la existencia de una sinagoga, pero recientemente encontraron los restos de lo que podría ser el mikve más antiguo del mundo fuera de Israel.
La estructura está ubicada en una zona hasta ahora inexplorada del sitio arqueológico, y aunque en un principio los expertos dudaban de su función, el hallazgo de una lámpara de aceite decorada con símbolos judíos, una menorá y un lulav, reforzó la hipótesis de que se trata del antiguo baño ritual.
Si se confirma su datación entre los siglos III y V d.C., estimada por el equipo de Alessandro D’Alessio, se trataría de un hallazgo sin precedentes que aportaría nuevas claves sobre la vida judía en la diáspora durante el Imperio Romano.
No obstante, algunos expertos han pedido cautela antes de confirmar la función del sitio. Michael White, director de las excavaciones en la zona de la sinagoga de Ostia, señaló en este sentido que se requieren más pruebas, ya que los baños y piscinas eran comunes en la arquitectura romana.