50 años cumplió la guerra de Iom Kipur, que se recuerda con gran dolor por lo dura que fue, con tantas bajas israelíes en un solo día, comparables con solo los amargos años del Holocausto en Europa.

Era el año hebreo de 5734, y el gregoriano de 1973, cuando el moderno Estado de Israel se adentraba en el importante día del perdón, del ayuno, de la expiación, del arrepentimiento y hasta del olvido. Hasta que todo se vino abajo en la misma medida que un ataque conjunto golpeó al Estado judío, que estaba perfectamente apagado, por poco del todo dormido. Y, es que, ¿qué hubiera sido de Israel si no fuese por su significante ejército?

Entre 6 y el 7 de octubre de 1973, estalló una guerra en Israel, luego de un ataque en conjunto liderado por Siria y Egipto, y con el apoyo de los Estados Árabes. Egipto se hizo con el Canal de Suez, y Siria con los Altos del Golán. La guerra solo duró tres semanas, sin embargo, causó estragos. Durante estas tres semanas de guerra, murieron 2,691 soldados de las FDI defendiendo al país.

Esta guerra se convirtió en la tercera guerra de independencia y de supervivencia, luego de la inauguracional de 1948 y la que le siguió en 1967, mejor conocida como “La Guerra de los Seis Días”. La Guerra de Iom Kipur, supuso un nuevo reto para la sociedad israelí y para las Fuerzas de Defensa, y era el de poder librar una batalla mientras terminaba de transcurrir un evento religioso tan importante como el de Iom Kipur, además, aprender a no esperar nunca el ataque, a tener que dormir con un ojo abierto.

Al mando de Israel estaba la única mujer primer ministro que ha tenido Israel, Golda Meir, recordada por la historia como “la dama de hierro de Medio Oriente”. Ella era la heredera del primer ministro, David Ben Gurión, su amigo, y con quien habían trabajado juntos desde hacía décadas por el recién nacido Estado de Israel. Inclusive, Ben Gurión diría en alguna ocasión que ella era “el único hombre en su gabinete”.

De todos los logros que pudo tener el Estado hebreo para Meir el mayor logro había sido su mera supervivencia. Supervivencia que, si bien ya no se discute, aun se sigue preservando y luchando por ella. A Golda Meir, la guerra de Iom Kipur le fue una gran pérdida política, y fue casi una perdida militar para Israel, aunque a pesar de tener horas muy oscuras, y de haber tomado tan poco tiempo, la victoria fue a favor de la causa sionista que ahora estaba representada por una nación. Meir tuvo que renunciar en 1974 pues las perdidas en vidas por parte de Israel no le fueron perdonadas.

El 7 de octubre de 2023, cincuenta años exactos luego de que tuviera lugar la guerra de Iom Kipur, Israel fue sorprendido, esta vez, en medio de la festividad de Simjá Torá, Israel fue atacado por el grupo terrorista Hamás, apoyado por el régimen yihadista de Irán y por los demás grupos terroristas islámicos, como Hezbollah.

Esta es una continuación de las anteriores guerras, pues el fin de los enemigos es la destrucción de Israel y de los israelíes, claro está que de pasó esperarían acabar con todos los que habitan esta tierra, solo por el hecho de estar ahí.

Israel ha sido fuerte, y más que eso. No hay en realidad palabras precisas para describir la entereza con la que un país nuevo, diminuto, con muchos más desafíos y retos que cualquier otro, ha logrado sobrevivir o perdurar en el tiempo, contrario a lo que muchos previeron o desearon.

“Si lo deseas no es un sueño”, eso dijo Theodor Herzl cuando se refirió a Israel, y así fue, tiempo luego. Israel es una realidad y no es discutible, aunque desde el 7 de octubre los terroristas de Hamás soñaron con esto, sin poder realizarlo, y así le digan esto a los secuestrados, nadie lo creerá.

De Iom Kipur, que duró menos de un mes, hasta nuestros días, cercanos a una guerra con Hezbollah en la frontera con Libano y Siria, Israel no conoce más que la victoria. ¡AM ISRAEL JAI!

@rosenthaaldavid

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