Una guía para el léxico orwelliano palestino

11 agosto, 2016
Mahmoud Abbás: “Hemos dicho: Nosotros nunca reconoceremos a Israel como Estado Judío”

Un discurso público en árabe, y otro en inglés

Khaled Abu Toameh *

«Si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento.» – George Orwell, 1984.
¿Qué se hace si a usted no le gusta Israel, pero sólo tiene una salida para manifestarlo? Expresar su odio retóricamente.
Si usted es un palestino, puede sin embargo utilizar un discurso que abiertamente arroja luz negativa sobre Israel y todo lo asociado con él.
Esto es precisamente lo que han hecho los palestinos las últimas décadas, inventando sus propios términos y frases cuando se habla de Israel.
George Orwell, por supuesto, vio lo que había tras este comportamiento. Para él, «el lenguaje también puede corromper el pensamiento.» Los sentimientos anti-Israel, propagados durante décadas por los palestinos, no sólo expresan un pensamiento corrupto, sino también incita a la gente en contra de Israel, mediante la creación de situaciones incendiarias que están diseñadas para estallar en llamas.
Para que quede claro: esto no es la incitación familiar en los medios de comunicación palestinos que ocasionalmente llama a asesinar judíos.
Esto es diferente. La incitación a la que nos referimos demoniza a Israel y a los judíos. En esta narración, Israel es el mal, así como una entidad ajena a Oriente Medio.
Orwell, en sus palabras sabias sobre el lenguaje, no mencionó el engaño de múltiples lenguas. Pero el engaño está profundamente arraigado en el discurso palestino sobre Israel -en árabe se dice una cosa y en inglés otra.
Las diferentes afiliaciones políticas palestinas determinan en cierta medida qué terminología emplear con referencia a Israel. Sin embargo, sin importar las diferencias de las afiliaciones, los palestinos emplean términos muy negativos para discutir sobre Israel.
Hasta la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993, la facción «moderada» Fatah, dirigida actualmente por el presidente Mahmoud Abbás, se refería a Israel, como sus hermanos palestinos lo hacen hoy en día, como la «entidad sionista». Eso fue antes de la OLP reconociera oficialmente a Israel bajo los términos de los Acuerdos de Oslo. En aquel entonces, se consideró vergonzoso e inaceptable llamar a Israel por su nombre, no sea que se interpretase, Dios no lo quiera, como el reconocimiento de Israel.

El innombrable Israel
Más de dos décadas después, a la facción Fatah de Mahmud Abbás y la Autoridad Palestina (AP) todavía les resulta difícil mencionar el nombre de Israel.
Desde su creación en 1994, la política oficial de la Autoridad Palestina (en árabe) ha sido referirse a Israel como «el otro lado». Estas fueron las instrucciones dictadas a los funcionarios públicos y personal de seguridad de la Autoridad Palestina, y que se mantienen vigentes en la actualidad.
En aquellos días, cuando las fuerzas de seguridad de la AP todavía estaban llevando a cabo «patrullas conjuntas» con los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en muchas partes de la Ribera Occidental, a los policías palestinos se les prohibió usar el nombre de Israel o el de las FDI, especialmente cuando se estaban comunicando con sus colegas y los comandantes a través de walkie-talkies. Los nombres de Israel y las FDI fueron sustituidos por «el otro lado».
Un funcionario de seguridad palestino al que se le preguntó acerca de esto en aquel entonces admitió que las órdenes venían directamente de la oficina de Arafat. «Sí, hemos firmado un acuerdo que reconoce a Israel, pero la mayoría de nuestros oficiales y policías todavía tienen un problema real de mencionar el nombre de Israel», dijo el oficial.
Las instrucciones siguen vigentes aun cuando la Autoridad Palestina sigue llevando a cabo la «coordinación de la seguridad» con Israel. Los funcionarios civiles y de seguridad palestinos que mantienen contacto diario con sus homólogos israelíes se abstienen regularmente de pronunciar los nombres de Israel o de las FDI.
Como si fuera una buena noticia, ya no se refieren a Israel como la «entidad sionista».
Sin embargo, los medios de comunicación palestinos y representantes de la AP, en sus declaraciones (en árabe), continúan utilizando la terminología degradante e incluso abusiva cuando se trata de lidiar con Israel.
Israel, por ejemplo, se refiere a menudo como el «Estado ocupante» y el Gobierno de Israel se describe como el «Gobierno de la ocupación».
Muchos palestinos siguen oponiéndose a la utilización del nombre de Israel, ya que simplemente no reconocen su derecho a existir.
El escritor palestino Muhsen Saleh ha criticado a algunos árabes y palestinos porque a veces utilizan el nombre de Israel en sus discursos y escritos:
«Durante muchos años, los árabes y los regímenes y sus medios de comunicación se negaron a utilizar el nombre ´Israel´ cuando se hace referencia a la entidad usurpadora que se estableció en gran parte de la tierra Palestina de 1948. Se han referido a él como el enemigo, la entidad sionista o la ocupación, o al menos solían poner el nombre de Israel entre comillas como una señal de que ellos no lo reconocen. Hoy, sin embargo, el nombre Israel está siendo utilizado sin comillas y sin vergüenza».
El primer ministro de Israel, independientemente de su identidad o afiliación política, a menudo es calificado el «primer ministro de la ocupación.» Algunos prefieren usar el término «primer ministro de Tel Aviv.»
El ministro de Defensa israelí, de nuevo, independientemente de su identidad o afiliación política, es referido a menudo como el «ministro de la Guerra.» La implicación: Israel está en guerra constante con los palestinos y los árabes. Ni que decir, las FDI son siempre referidas como las «fuerzas de ocupación», cuya única misión es matar a palestinos, destruir sus hogares y hacer su vida miserable.
Otro signo de la dificultad que muchos palestinos se encuentran en el uso del nombre de Israel se puede encontrar en su forma de referirse a los ciudadanos árabes de Israel.
Los funcionarios y medios de comunicación palestinos describen regularmente a estos ciudadanos como «los árabes del interior» – lo que implica que el «interior» es en realidad una parte interna de «Palestina». Otros se refieren a estos ciudadanos como «los árabes de 1948» o los «palestinos dentro de la Línea Verde» o «los árabes que viven dentro de los territorios ocupados en 1948».
Y todavía no hemos hablado sobre el hecho de que muchos palestinos se refieren a ciudades dentro de Israel como ciudades y pueblos «ocupados». Jaffa, Haifa, Acre, Tiberíades, Ramle y Lod, por ejemplo, a menudo se describen en los medios de comunicación palestinos como «ciudades palestinas ocupadas». Los judíos que viven en estas ciudades, así como otras partes de Israel, se refieren a veces como «colonos».
Los judíos que visitan el Monte del Templo o Haram Al-Sharif en Jerusalén se describen regularmente por los medios de comunicación palestinos y funcionarios como «las manadas de colonos» y «bandas terroristas de colonos.»
Esto es sólo un puñado de ejemplos del lenguaje utilizado en la narrativa palestina. Tal lenguaje expone la verdad: que muchos palestinos aún no se han puesto un acuerdo con el derecho de Israel de existir. Para ellos, esto no sólo es acerca de la «ocupación» de Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén Este. La verdadera «ocupación», para ellos, se inició con la creación de Israel en 1948.
No es ningún secreto que los líderes palestinos han fracasado en preparar a su gente para la paz con Israel. Lo que es peor, la terminología adoptada por estos líderes y un número cada vez mayor de palestinos es un signo claro de que estos líderes, a través de su retórica y los medios de comunicación, siguen promoviendo una política que no sólo deslegitima Israel y lo representa como un estado malo, sino también niega su derecho a existir. Los que no hablan árabe pueden encontrar esta afirmación sin fundamento, porque lo que escuchan y leen de los representantes palestinos en inglés no refleja los mensajes que se transmiten a los palestinos en árabe.
La audiencia de habla inglesa internacional haría bien en conseguir algunas traducciones precisas de lo que se dice acerca de Israel en árabe. Es la única forma de salir de la neolengua palestina, que hace revolver a Orwell en su tumba.

* Fuente: Gatestone Institute ■

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