¿Un judío común y corriente?

17 mayo, 2018
AMIA - Comunidad judía de Buenos Aires - Foto Wikipedia

Dr. Natalio Daitch

Buenos Aires-Argentina

 

Tomando prestado el titulo de la Comedia Dramática escrita por Charles Lewinsky, y me sirve para poder ensayar ciertas consideraciones acerca de lo que acontece en la calle judía en estas tierras criollas. Hoy por hoy convulsionadas por el penoso suceso que llevó al alejamiento del titular de la DAIA local, truncando una carrera que pintaba ser prometedora y con futuro en la política y en lo dirigencial.

En verdad, todo evento que se presenta como negativo y bochornoso, debe servir para recordar, y todos y absolutamente todos debemos hacerlo, de tener presente nuestra fragilidad humana y existencial. Y re-pensar que todo es relativo, y oscilante en la vida, y pendular. Todo y para todos puede mutar o girar en cualquier sentido, en todo tiempo y todo lugar. Nada es «seguro» y nada puede darse «por sentado o descontado». Rendimos examen a cada instante todos los días los 365 días del año.

Volviendo al titulo de la presente, se inspira en otro articulista de la revista judía «La Luz», cuyo espacio «Postales de un Transeúnte» se presenta en sintonía con la idea que intentar constituirse en el vector principal de este texto y de sus párrafos, todos ellos apuntan a una condición de ser «simplemente y sencillamente» un Id o judío en Idish, que se posiciona como espectador que analiza y piensa, opina, y comenta, y discute, la compleja realidad comunitaria en la Argentina.

Pero el que esto escribe aprovecha para tallar más profundo. Es decir, arriesgar un paso más. Que implica pasar de ser un mero observador y pensador, y pasar a la acción. Activar y trabajar por nuestra judeidad y por nuestra Kehilá o comunidad o congregación. Las preguntas finales serían para todo judío verdadero y genuino que ante todo hecho o dificultad o problema o frente a una simple tarea, pregunta: ¿en qué puedo ayudar? o ¿qué se necesita? Arremangarnos, y extender nuestras manos, junto a nuestro corazón y ofrecer ayuda y asistencia en todo lo que precise cualquier judío necesitado o institución o colegio o sinagoga. Como decía J.F.Kennedy: “no digas (preguntes) lo que tu país puede hacer por ti, di  lo que tú puedes hacer por tu país».

Y para concluir, este es el desafío de siempre para cualquier «judío común y corriente». Necesitamos judíos presentes y activos, ya que no podemos fiarnos de aquellos que solo calientan el banco de suplentes o que critican sentados desde sus asientos en la cómoda platea. Es la hora de ingresar a la cancha y transpirar la camiseta….

 

 

 

 

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