Un cambio a un combustible más limpio redujo la mortalidad

Según nuevos datos publicados por el Ministerio de Protección Ambiental, disminuyó el número de personas que mueren en Israel a causa de enfermedades relacionadas con la contaminación del aire durante la última década,
El principal hallazgo fue que un cambio en el tipo de combustible condujo a una disminución del 13,3 por ciento en el número de muertes por problemas cardiovasculares relacionados con exposición a la polución ambiental entre el periodo 2000 y el 2011.
A principios de la última década, las tres centrales eléctricas usaban un combustible pesado llamado Mazut, con grandes cantidades de azufre y otras partículas diminutas que pueden entrar en el sistema respiratorio. Se sabe que este tipo de contaminación causa un elevado número de muertes o enfermedades de los vasos sanguíneos. El uso de nuevos tipos de combustible redujo la emisión de óxidos de azufre en más del 70 por ciento en las tres ciudades estudiadas.
Los investigadores examinaron entonces las tasas de mortalidad por diversas causas, incluyendo enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias. Los científicos descartaron que otras razones hayan provocado la disminución significativa de las muertes por este tipo de enfermedades.
En el estudio, establecieron que la reducción más significativa en las tasas de mortalidad se debió al cambio a combustibles con bajo contenido en azufre. Se cree que esto cambió la composición de pequeñas partículas contaminantes emitidas por las centrales eléctricas, reduciendo su toxicidad. Este tipo de estudio es importante ya que analizan experimentos que se llevaron a cabo a gran escala como parte de nuevas regulaciones, basadas en modelos y evaluaciones.
Los resultados son importantes para el Ministerio de Protección Ambiental, ya que está promoviendo medidas para reducir la quema de carbón y aumentar el uso de gas natural. El proyecto de reducción de emisiones de azufre finalizará en 2020, reduciendo a la mitad la cantidad actual de emisiones asociadas a la generación de electricidad.
El proyecto de reducción de emisiones de carbón en las centrales eléctricas también incluye la introducción de medidas para tratar los contaminantes en los emplazamientos de Hadera y Ashkelon. Posteriormente, algunas de las viejas unidades en Hadera serán desmanteladas, con la instalación de nuevas unidades que operarán con gas natural. El ministerio está preocupado por las demoras, en parte causados por el Ministerio Nacional de Infraestructura, Energía y Agua. Los residentes y los Consejos Regionales en varias áreas también pueden dificultar la realización de estos planes, ya que ven el uso del gas natural como una amenaza ambiental.
Entre las zonas afectadas se encuentran Gilboa, las cercanías de Beit Shean (ambas en el norte de Israel) y la zona del Sharon en el centro de Israel. Mientras tanto, el intendente de Kfar Saba, Zvika Tsarfati, compareció ante el Comité Nacional de Infraestructura, expresando su oposición al movimiento. “Nunca oiga hablar sobre los residentes”. “¿Donde está la consideración hacia ellos y su calidad de vida? Vamos a oponernos firmemente a la instalación de esta planta, no tiene lugar en esta ciudad. Entendemos la necesidad de una nueva planta de energía, pero no puede afectar a los residentes y los planes futuros para la ciudad”. Tsarfati argumentó que la nueva instalación contaminaría el aire en una región ya plagada de peligros ambientales, incluyendo la quema de basura, una planta de tratamiento de aguas residuales y el tránsito pesado.

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