Theresa May rechaza enfáticamente ofrecer disculpas por la Declaración Balfour

Theresa May y Biniamín Netanyahu Foto: Kobi Gideon GPO vía Facebook

La primera ministra británica, Theresa May, manifestó enfáticamente que  no se disculpará “en absoluto” por la Declaración Balfour de 1917, que allanó el camino para el establecimiento del «extraordinario» Estado de Israel, al tiempo que señaló que la visión del documento sobre la coexistencia judía-árabe todavía sigue siendo un «asunto inconcluso».

En un discurso para marcar el centenario de la declaración Balfour, May elogió radiantemente al Estado judío, describiéndolo como una «verdadera nación start-up» y «un símbolo de amplitud, una democracia próspera; y un faro para el mundo en la defensa de los derechos de las mujeres y los miembros de la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales)».

May se opuso vigorosamente al movimiento de boicot contra Israel, al tiempo que vinculó las exaltaciones antiisraelíes con una «nueva y perniciosa forma de antisemitismo».

«Estamos orgullosos de nuestro papel pionero en la creación del Estado de Israel», apuntó May en una cena en Londres para celebrar el centenario de la declaración.

El documento histórico de Balfour «fue una carta que sigue siendo muy sensible para muchas personas hoy en día, pero el mismo no ignoraba esas sensibilidades», apuntó May, enfatizando su llamado explícito a defender los derechos civiles de todas las comunidades no judías que residen en el país.

«Entonces, cuando alguna gente sugiere que debemos pedir disculpas por esta carta, yo les respondo absolutamente no», afirmó.

Firmado el 2 de noviembre de 1917 por el entonces secretario de Exteriores del Reino Unido, Arthur James Balfour, la declaración anunciaba la intención de su gobierno de establecer «un hogar nacional para el pueblo judío» en la Tierra de Israel.

Se considera que otorgaba al movimiento sionista el reconocimiento oficial y el respaldo de una potencia importante, en vísperas de la conquista británica del territorio ocupado entonces por el Imperio Otomano.

En las últimas semanas, los palestinos han emprendido una aceitada campaña protestado vehementemente por la decisión del gobierno británico de celebrar con orgullo la Declaración de Balfour, pidiendo a Londres que se disculpe por el documento y reconozca un eventual Estado palestino.

En las páginas del diario británico The Guardian, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, argumentó que la Declaración Balfour fue responsable de desencadenar un siglo de eventos trágicos para los palestinos. Hizo un llamamiento a Gran Bretaña para que reconozca a un eventual Estado palestino sobre las líneas de armisticio de 1967 con Jerusalén oriental como su capital, diciendo que tal medida «iría en cierto modo hacia el cumplimiento de los derechos políticos del pueblo palestino».

En su discurso, la primera ministra británica también señaló que «lamentablemente, Balfour sigue siendo un asunto pendiente, ya que su visión fundamental de coexistencia pacífica aún no se ha cumplido». Expresó su apoyo a una solución de dos estados, subrayando que los israelíes y los palestinos tendrán que hacer concesiones, sobre los asentamientos y la incitación, respectivamente.

«Habrá que llegar a compromisos de cada lado si queremos tener una posibilidad realista de lograr este objetivo, incluido el fin de la construcción de nuevos asentamientos y también el fin de la incitación palestina», puntualizó.

«Pero a medida que trabajamos juntos hacia la visión de Balfour de una coexistencia pacífica debemos ser igualmente claros en que nunca puede haber excusas para boicots, desinversiones o sanciones: son inaceptables y este gobierno no tendrá nada que ver con quienes se suscriban a ellos», añadió la primera ministra británica.

«Tampoco puede haber ninguna excusa para el antisemitismo en ninguna forma… Y sí, esto significa reconocer que existe hoy una nueva y perniciosa forma de antisemitismo que utiliza la crítica de las acciones del Gobierno israelí como una justificación despreciable para cuestionar el derecho de Israel a existir», subrayó. «Esto es aborrecible y no lo defenderemos».

«Así que déjenme ser clara. Criticar las acciones de Israel nunca es, ni puede ser, una excusa para cuestionar el derecho de Israel a existir, así como criticar las acciones de Gran Bretaña no puede ser una excusa para cuestionar nuestro derecho a existir «, recalcó.

May también ofreció su apoyo incondicional a la seguridad de Israel y subrayó que «solo cuando se ve la vulnerabilidad de Israel se comprende realmente el peligro constante al que se enfrentan los israelíes, como lo vi en mi visita en 2014, cuando los cuerpos de los adolescentes asesinados Naftali Frenkel, Gilad Shaer y Eyal Yifrah fueron descubiertos».

«Así que soy clara de que siempre apoyaremos el derecho de Israel a defenderse», concluyó.

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