Startup israelí mapea el genoma del algodón y la papa dulce para mejores cultivos

La startup israelí NRGene mapeó anteriormente el genoma para la mayoría del algodón común y la batata, dando a los investigadores información decisiva para el desarrollo de las plantas más saludables con rendimientos más altos.
La NRGene se asoció con Genosys Inc. (TGS Singapur), un distribuidor de tecnologías genómicas en China, para ensamblar la composición del genoma del algodón americano, el algodón común más utilizado para la ropa, en menos de siete semanas. Un esfuerzo similar tomaba hasta la actualidad años y costaba muchos millones de dólares, este adelanto podría revolucionar el mundo de las telas.
El algodón americano constituye el 90 por ciento de los cultivos mundiales de algodón y se utiliza para producir la mayor parte de la ropa del mundo, según la compañía.
La distribución genómica de Gossypium barbadense, también conocido como el algodón de fibra extralarga, que se utiliza en la tela de algodón de lujo, también fue mapeado, expresaron funcionarios de la compañía en un comunicado.
“El algodón es uno de los cultivos agrícolas no alimentarios más importantes del mundo”, informó el gerente general, Gil Ronen. “Al brindar información crítica sobre su composición, estamos ayudando a los investigadores a desarrollar plantas saludables con mayores rendimientos y que requieren menos recurso”. Los desarrolladores de semillas de todo el mundo gastan miles de millones de dólares y años para desarrollar nuevas variedades de semillas más nutritivas y resistentes. Estos, a su vez, permiten a los agricultores cultivar mayores cantidades de cultivos más nutritivos y sostenibles. Esto es crucial para un mundo que tendrá que alimentar y vestir a una previsión de 9,7 mil millones de personas en 2050. La demanda de alimentos a nivel mundial se espera que aumente al menos un 20 por ciento durante los próximos 15 años, según un informe de mayo de 2017 del Banco Mundial.
Los genomas contienen toda la composición genética de los organismos, ya sean seres humanos, plantas, animales o bacterias.
Estudiando los genomas de las plantas para determinar qué semillas se adapta mejor a las condiciones climáticas y cuales tendrán más resiliencia, los desarrolladores pueden ahorrar mucho tiempo y dinero y dedicarse a la agricultura más eficientemente.