El último grupo de civiles sirios y milicianos del feudo rebelde de Daraya, situado a las afueras de Damasco, abandonó la ciudad bajo la supervisión de la ONU y la Media Luna Roja Siria, tras el acuerdo alcanzado entre el régimen y los grupos armados de la población.
Según la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Daraya ha quedado totalmente vacía, después de la evacuación de al menos 3.200 civiles y 800 rebeldes que resistían los continuos ataques de las fuerzas armadas leales al presidente sirio, Bashar al Assad.
Los últimos autobuses han salido de la ciudad con los civiles que aún quedaban en su interior y que empezaron a partir de la ciudad, hacia refugios de localidades de la periferia de la capital.
Paralelamente, la última tanda de hombres armados abandonó la ciudad camino de la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria y controlada por fuerzas rebeldes y la facción siria del grupo terrorista Al Qaeda.
Antes, los combatientes entregaron a las fuerzas del régimen a los prisioneros que mantenían retenidos y los cadáveres de los efectivos de Al Assad, que custodiaban.
De esta manera, finaliza el acuerdo alcanzado entre los rebeldes y las fuerzas del régimen de Al Assad, que incluía la entrega del armamento pesado y medio y la posibilidad de abandonar la ciudad con el compromiso del Gobierno de que no tomará represalias contra ellos.
Daraya estuvo sitiada por el Gobierno desde 2012 y bombardeada casi diariamente por el régimen desde el pasado junio.
Su importancia estratégica reside en su cercanía al aeropuerto militar de Mezze, así como a la autovía que une la capital siria con el Líbano. EFE