«El ex ministro israelí Gonen Segev fue reclutado por la inteligencia iraní en 2012 y visitó dos veces Teherán»

Gonen Segev e Itzhak Rabin Foto: Knéset

El ex ministro Gonen Segev, que fue condenado en 2006 por intentar introducir al país 32 mil tabletas de éxtasis, es considerado desde hace algún tiempo un hazmerreír o un objeto de mofa en el discurso mediático. Alguien que se ha ganado dignamente un lugar en la categoría que encuadra a otros payasos de la política y transgresores de la ley (un podría pensar por ejemplo, el ex presidente “violador” Moshé Katzav). Pero las acusaciones presentadas por el Servicio de Seguridad General (Shabak) de espiar para Irán podrían hacer que termine el resto de sus días en prisión o incluso condenado a muerte.

Segev que sirvió como ministro de Infraestructura y Energía, entre 1995 y 1996, suministró a Irán información sobre la localización de los centros de seguridad y de la producción de energía del país, afirma el Shabak. El ex ministro habría tenido acceso a material clasificado durante su mandato; aunque no es claro cuan dañina podría ser la información que tiene veinte años de antigüedad.

El Shabak acusa también al ex ministro, de 62 años, de contactarse con figuras israelíes en materia de seguridad, defensa y diplomacia, para sacarles información y enviarla a Teherán. Según la agencia de contraespionaje, Segev intentó establecer conexiones directas entre sus contactos israelíes y sus responsables iraníes, presentando a los espías de Irán como empresarios.

El Shabak también sostiene que Segev se reunió con sus supervisores iraníes en hoteles y casas seguras en diversas partes del mundo, y que utilizó un dispositivo cifrado especial para enviarles mensajes secretos. Incluso viajó a Irán dos veces para divulgar secretos de seguridad de Israel.

El ex ministro fue extraditado a Israel desde Guinea Ecuatorial el mes pasado, y acusado en un tribunal de Jerusalén de ayudar al enemigo en tiempo de guerra, espionaje y otros delitos relacionados.

Cuando fue hallado culpable de narcotráfico en 2006, Segev recibió una condena relativamente corta de cinco años en prisión, que fue reducida a un tercio por su buena conducta. Esta vez, en cambio, el sistema legal podría no ser tan condescendiente por cargos de espionaje.

Segev, médico pediatra de profesión, fue elegido diputado de la Knéset (Parlamento) en 1992, a los 35 años, dentro de la lista del extinto partido de derecha Tzomet de Rafael Eitan.

En 1994, Segev, con otros dos diputados, se escindió de Tzomet para crear la facción Yiud y unirse al Gobierno laborista de Itzhak Rabin y Shimón Peres. En 1995, asumió el cargo de ministro de Energía e Infraestructura. Su voto fue clave para la aprobación de los Acuerdos de Oslo en la Knéset. Pero abandonó la política cuando perdió su escaño en las elecciones de 1996.

Según el Shabak, Segev se contactó con oficiales iraníes por primera vez en 2012 y se reunió con ellos en la Embajada de la República Islámica en Nigeria, donde estaba residiendo tras salir de la cárcel por intentar ingresar pastillas de éxtasis a Israel desde Ámsterdam.

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