El multimillonario ruso-judío Roman Abramovich, dueño del club londinense de fútbol Chelsea, ha inmigrado a Israel, confirmó el lunes el Ministerio del Interior.
Abramovich, de 51 años, aterrizó en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión más temprano en el día, dijo el ministerio, y recibió una tarjeta de identidad israelí bajo la Ley del Retorno, que permite a los judíos convertirse en ciudadanos de Israel. Llegó en su jet privado.
El traslado a Israel se produce después de que Abramovich no pudo extender su visa en el Reino Unido en medio de una disputa diplomática entre Londres y Moscú.
La Oficina de Enlace de Nativ, que facilita la inmigración de los países de habla rusa, dijo que Abramovich solicitó la ciudadanía desde el extranjero la semana pasada.
“Roman Abramovich llegó a la embajada israelí en Moscú como cualquier otra persona. Presentó una solicitud para recibir un permiso de inmigración, sus documentos fueron revisados de acuerdo con la Ley de Retorno, y de hecho fue elegible”, dijo un portavoz a Canal 10.
Abramovich, con un patrimonio de valor de 12.5 mil millones de dólares según la prensa británica, se convirtió instantáneamente en la persona más rica de Israel al pisar su suelo.
Él vivirá en una mansión en el barrio de Nevé Tzedek de Tel Aviv, un antiguo hotel que compró a la actriz de Hollywood Gal Gadot.
Como nuevo ciudadano, Abramovich está exento de impuestos en Israel sobre los ingresos obtenidos en el extranjero durante 10 años, y no necesita declarar las fuentes de ese ingreso para el mismo período.
La visa británica de Abramovich expiró el mes pasado. Su visa anterior fue otorgada antes de que se instituyeran regulaciones más rigurosas en abril de 2015. Incluso antes de mudarse a Israel, Abramovich era un visitante frecuente del país.
Abramovich tendría que explicar la fuente de su riqueza para recibir una nueva visa británica, según los informes. No hay evidencia de que Abramovich haya hecho algo incorrecto, pero el Reino Unido ha examinado detenidamente a empresarios y diplomáticos rusos desde el envenenamiento del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en Salisbury, Inglaterra, en marzo. Varios diplomáticos rusos fueron expulsados luego del incidente.