Revocaron la ciudadanía de cientos de beduinos dejándolos apátridas

24 septiembre, 2017

Decenas de personas debieron agruparse en aldeas ilegales
Algunos fueron ciudadanos durante 40 años, sirvieron en el ejército y pagaron sus impuestos, pero su estatus fue cancelado sin ningún tipo de explicación
Decenas de personas; hombres y mujeres, jóvenes y mayores, se agrupan en una gran carpa en la aldea no reconocida de Bir Hadaj.  Algunos tienen sus documentos dentro de bolsitas plásticas, mientras que otros tienen sobres gastados. Lo que los llevó a radicarse en esta villa al sur de Beer Sheva, en el desierto del Néguev, fue que la Autoridad de Población, Inmigración y Fronteras les revocó la ciudadanía, alegando que se les había adjudicado por error.
10desert-bEn los últimos tiempos ha habido gran cantidad de quejas entre los residentes beduinos del Néguev. Algunas de las personas informaron que sus progenitores sirvieron en las Fuerzas de Defensa de Israel y a ellos no les conceden la ciudadanía y viceversa. En la mayoría de los casos las respuestas son atribuidas a algún tipo de error, sin más explicaciones.
Luego de este suceso la persona deberá recurrir a un abogado abonando cientos de shékels y en muchos casos de todos modos no logran recuperar la ciudadanía que tuvieron durante decenas de años y les fue retirada sin esclarecimiento alguno dejándolos apátridas.
En determinados casos, hijos de parejas que son ciudadanos israelíes y que nacieron en el país, tienen ciudadanía israelí, unos hermanos sí y otros no, sin razón aparente.
Un abogado del Centro Legal Adalah para los Derechos de las Minorías Árabes en Israel, hizo recientemente un llamamiento al ministro del Interior, Arye Dery y al procurador general Avichai Mendelblit, pidiéndoles que cancelen esta política.
Cuando los ciudadanos beduinos llegan a las oficinas del Ministerio del Interior en Beer Sheva para ocuparse de asuntos rutinarios como cambiar su dirección, obtener un certificado de nacimiento o registrar nombres, la Autoridad de Población examina su situación, así como la de sus padres y los abuelos, remontándose a los primeros días del Estado. En muchos casos, el empleado les dice que su ciudadanía israelí había sido concedida por error. En el acto, cambia su estatus de ciudadano a residente y les da un nuevo documento. En su lugar, el secretario sugiere que presenten una solicitud e inicien el proceso de obtener la ciudadanía desde cero, como si fueran recién llegados a Israel. Siempre y cuando puedan realizar el trámite de Residencia en las oficinas.
Algunos la presentan nuevamente y solicitan el reintegro de su ciudadanía, otros tras largo tiempo de intentarlo sin obtener nada renuncian a ello, otros por falta de idioma no tienen la posibilidad de realizarlo, como ser el caso de muchas mujeres beduinas, las que pasan a vivir en el anonimato.
Las personas pueden continuar recibiendo beneficios sociales, como ser seguros médicos o pagos de seguros nacionales, pero no pueden recibir pasaporte israelí. Cuando los ciudadanos beduinos llegan a las oficinas del ministerio, los empleados comprueban en el registro de la población la inscripción de sus padres y abuelos entre 1948 y 1952. Quizás estos años no fueron elegidos por casualidad. Entre la fundación del Estado en 1948 y la promulgación de la Ley de Ciudadanía en 1952, diversidad de árabes no pudieron inscribirse en la autoridad de la población, ya que sus comunidades estaban gobernadas por una administración militar. Esto incluyó áreas en el Néguev que tenían una alta concentración de residentes beduinos después de 1948.

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