La decisión de Washington de presionar a Israel para que no siga avanzando con el proyecto de ley para expandir el área municipal de Jerusalén fue producto de la presión de Arabia Saudita, afirma el periódico saudita Al Watan.
Un alto funcionario de la Casa Blanca le dijo al rotativo que diplomáticos sauditas exigieron durante conversaciones mantenidas con sus homólogos estadounidenses que se ponga freno a la legislación que busca vincular a varios asentamientos de Cisjordania (Judea y Samaria) con Jerusalén.
El funcionario de la Casa Blanca destacó que las objeciones sauditas coinciden con la posición de Estados Unidos, que consecuentemente presionó a Israel para que frene el proceso legislativo.
El funcionario estadounidense también añadió que Jared Kushner, asesor especial para el Oriente Medio y yerno del presidente Trump, se reunió, junto a la asesora adjunta de seguridad nacional, Dina Powell, y al enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Jason Greenblatt, con altos funcionarios sauditas para discutir la reactivación de las conversaciones de paz entre Israel y los palestinos.
El funcionario estadounidense agregó que la Administración Trump también se opone al proyecto de ley que impondría de hecho la anexión de cinco municipalidades de Cisjordania y las incorporaría a Jerusalén.
El funcionario norteamericano puntualizó que Washington tiene la capacidad para sofocar cualquier medida que crea que podría sabotear la reanudación de las conversaciones entre Israel y los palestinos.
Recientemente, el ministro de Exteriores saudita desmintió categóricamente rumores de que el príncipe heredero Mohammad Bin Salman al Saud visitó Israel en septiembre.
El reporte pone de relieve los esfuerzos de sauditas para las conversaciones de paz.
«Los esfuerzos para la renovación de las negociaciones de paz, las demandas a Washington para que ejerza presión sobre Israel, poniendo énfasis en la legitimidad del Estado palestino, es un compromiso continuo de la Iniciativa de Paz Árabe», señala el informe.
El primer ministro, Biniamín Netanyahu, anunció su decisión de postergar el proyecto de ley luego que Washington aparentemente lo objetara indicando que sería equivalente a la anexión.
«Los estadounidenses recurrieron a nosotros y nos preguntaron de qué se trata el proyecto de ley. Como hemos estado hasta ahora coordinando con ellos, vale la pena continuar hablando y coordinando con ellos. Estamos trabajando para promover y desarrollar la empresa de asentamientos», expresó Netanyahu en una reunión del Gabinete, según las fuentes.
Al mismo tiempo, Washington fijó su posición con respecto al proyecto de ley.
«Estados Unidos está desalentando acciones que cree que distraerán indebidamente a los dirigentes de focalizarse en el avance de las negociaciones de paz. La Administración considera que el proyecto de ley de expansión de Jerusalén es una de esas acciones», dijo un alto funcionario estadounidense.
El “Proyecto de ley del Gran Jerusalén” tiene como objetivo solidificar una mayoría judía en la ciudad santa; pero sin llegar a ser una anexión formal, sus implicancias en la práctica no están claras.
El proyecto de ley señala las comunidades que serán consideradas como “municipalidades hijas” permitiendo que alrededor de 150 mil judíos domiciliados en Cisjordania puedan votar en las elecciones municipales.
Los asentamientos en cuestión son Maalé Adumim, Efrat, Beitar Ilit y Givat Zeev.