Durante una reunión de emergencia celebrada en Jerusalén a pesar de la oposición del partido, afiliados a Shas manifestaron que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) “atraían a estudiantes de yeshivá inocentes para atraparlos en sus redcs”.
Rabinos sefardíes manifestaron su oposición al anteproyecto de ley que estipula que se impondrían sanciones económicas a los estudiantes de yeshivá que no cumplan con el reclutamiento militar.
El evento se llevó a cabo sin ninguna conexión con el partido del ministro del Interior Aryeh Deri, pero contó con la presencia de rabinos y jefes de yeshiva que están afiliados al movimiento y tienen influencia sobre sus votantes. Entre los nombres más destacados están el jefe de la prestigiosa ultrasecreta Yeshiva Porat Yosef, el rabino Moshe Tzedaka y el director de la Yeshiva Yakirei de Jerusalén el rabino Yehuda Cohen.
Los rabinos expresaron “gran ansiedad” sobre lo que describieron como “el continuo daño al mundo de la Torá y los constantes intentos de reclutar estudiantes de yeshiva para el ejército israelí”. Argumentaron que servir en el ejército era una “prohibición religiosa” de la categoría “mejor morir que pecar”.
Acusaron a los autores de la propuesta de rendirse a “los caprichos de la Corte Suprema de Justicia y sumarse a los que odian la Torá” y al ejército de emplear “sinvergüenzas” cuya misión es “cazar almas del campo religioso por codicia monetaria”.
Los rabinos advirtieron que una aprobación de la propuesta de ley los obligaría a unirse a la posición de las facciones ultraortodoxas más radicales como la facción lituana con sede en Jerusalén: “Si, Dios prohibiera la ley o parte de ella pasara, llamaremos a todos los estudiantes santos de la yeshiva que no vayan a la oficina de reclutamiento (es decir, ni siquiera con el propósito de recibir una exención o aplazamiento del servicio)”.
Con respecto a los diputados ultraortodoxos (refiriéndose principalmente a los miembros de la facción Shas), escribieron que si no objetaban clara y absolutamente a la ley, “declararemos que no son nuestros emisarios y no se les debe dar ninguna autoridad, y no se aceptará ninguna excusa”.