Prosiguen los esfuerzos para limitar el poder de la Corte Suprema de Israel

Moshe Kahlón y Biniamín Netanyahu Foto: GPO Amos Ben Gershom

El primer ministro, Biniamín Netanyahu se disponía a discutir nuevamente con los líderes de los partidos que componen la coalición una ley que pondría freno a la autoridad de la Corte Suprema de Justicia. La medida amenaza con empujar a la coalición gobernante a una nueva crisis.

Netanyahu apoya una propuesta de ley que limite severamente la capacidad de la Corte para revocar las leyes sancionadas por el Parlamento (Knéset), condicionándola a que sea aprobada por unanimidad por todos los jueces.

El ministro de Finanzas, Moshé Kahlon, líder del partido Kulanu, se opone al proyecto de ley; en cambio uno de los ministros más cercanos a Netanyahu amenaza con nuevas elecciones si los socios de la coalición se oponen a votar por ella.

El Fiscal General Avijai Mandelblit estaría dispuesto a apoyar el proyecto de ley bajo la condición de que si una ley es derogada por la Corte Suprema pueda ser restablecida solamente por una mayoría de 70 diputados (del total de 120 miembros de la Knéset).

La presidenta de la Corte, Esther Hayut, advirtió contra imponer restricciones al máximo tribunal, durante un conferencia en la Universidad de Tel Aviv.

“Mientras que nos orgullecemos, justamente, frente a nuestro pueblo y el mundo de ser la única democracia del Oriente Medio; debemos recordar que una de las garantías necesarias para ello es mantener un sistema judicial independiente y profesional”, apuntó.

El ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan, manifestó que el asunto podría conducir a elecciones anticipadas si no se consigue el apoyo total de los miembros de la coalición.

Los rivales políticos de Netanyahu acusan al primer ministro de tratar de fabricar una crisis para acudir a elecciones anticipadas antes de que los fiscales que lo están investigando en dos casos de corrupción tengan la posibilidad de imputarlo, una especulación que el mandatario niega.

Mientras tanto, Netanyahu, se reunió con el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia Aharon Barak, con el objetivo disipar los temores de que el mandatario busca recortar del poder del máximo tribunal con un nuevo proyecto de ley.

La reunión con Barak, símbolo del poder de la Corte Suprema, fue concebida para subrayar el compromiso de Netanyahu con el sistema de justicia en general y la Corte en particular; en tanto que el primer ministro le pidió asesoramiento para determinar la relación entre el alto tribunal y la Knéset (Parlamento).

La reunión tuvo lugar bajo el telón de fondo de la profunda división entre los miembros de la coalición sobre si debe permanecer dentro de las atribuciones la Corte Suprema el poder de derogar una ley sancionada por la Kneset, cuando la considere inconstitucional.

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