¿Por qué atacar una plataforma Pro-Israel?

20 julio, 2016

Jonathan S. Tobin *

La nueva plataforma del Partido Republicano de Estados Unidos ha encendido un debate dentro de la comunidad pro-Israel. Muchos amigos del Estado judío aplaudieron el proyecto que reafirmó la alianza EE.UU.-Israel. También especificó que no habría «daylight» (eufemismo en inglés urbano que significa «poner distancia») entre los dos países, afirmó la unidad de Jerusalén y se opuso al movimiento antisemita BDS. Otros, sin embargo, no están contentos con esto. En particular, la Liga Antidifamación expresó su consternación de que la plataforma no mencionó el apoyo a una solución de dos Estados. Algunos disidentes fueron más lejos todavía. El columnista de Haaretz, Chemi Shalev ,habló por muchos de la izquierda cuando denunció a la plataforma como anti-Israel. Pero cualesquiera que sean las virtudes teóricas de los dos Estados, el fin último de estas críticas es atacar las bases de apoyo político a Israel dentro de los Estados Unidos: los conservadores cristianos.
Shalev, razona que cualquier oposición a los dos estados como solución al conflicto con los palestinos no sólo condena a Israel a la lucha perpetua, sino que también va a transformar al país en un solo estado de mayoría árabe. Este es un tema que hemos escuchado antes de otras figuras de la izquierda judía, como Peter Beinart. En efecto, se deslegitima a los de la derecha que se oponen a un Estado palestino o apoyan el movimiento de los asentamientos o a los que son simplemente escépticos hacia la devoción ciega al proceso de paz.
Pero no importa su opinión sobre los dos Estados o sobre los asentamientos, tales argumentos son peligrosos debido a que demonizan a los oponentes a la vez que hacen caso omiso de las creencias y las posiciones de los palestinos. En un mundo teórico donde los palestinos estuvieran dispuestos a reconocer la legitimidad de un Estado judío sin importar dónde se marquen sus fronteras, una paz de dos Estados tendría sentido y obtendría el apoyo de la inmensa mayoría de los israelíes. Pero ya que incluso los líderes palestinos «moderados» no extenderán tal reconocimiento, la idea sigue siendo teórica.
Los palestinos ya niegan a los dos Estados – como lo han hecho en varias ocasiones desde que se les ofreció la solución por primera vez en la cumbre de Camp David en el año 2000. Por lo tanto, no es una cuestión política seria. Es calumnioso calificar  como antisionistas a los que creen que la gestión del conflicto (en vez de resolverlo) es lo mejor que se puede hacer en este momento. De hecho, ese grupo de supuestos antisionistas incluiría a la mayoría de los israelíes. Aquellos liberales que se quejan de una disminución de la civilidad dentro de la comunidad judía y luego califican a sus rivales  políticos de enemigos del Estado judío son los peores tipos de hipócritas. Pero cuando los judíos liberales o de izquierda de Estados Unidos o Israel atacan la plataforma del Partido Republicano, en realidad esperan descalificar a los conservadores cristianos que son generalmente la base de apoyo a los asentamientos israelíes de Cisjordania. Muchos izquierdistas y liberales desconfían tontamente de los evangélicos como amigos, a pesar de que su sinceridad en temas israelíes se ha demostrado una y otra vez. Y la verdadera agenda de estos críticos es política, tanto en un contexto estadounidense como israelí. Los liberales estadounidenses dan prioridad a los asuntos domésticos y no les gusta la idea de hacer causa común con las personas que tienen puntos de vista opuestos; que aborrecen el aborto y están en contra de la separación iglesia-estado. Otros en la izquierda entienden que los estadounidenses pro-Israel pueden frustrar la esperanza de que Washington vaya a obligar a Israel a aceptar más retiradas territoriales – retiradas que a las que mayoría de los israelíes se oponen por entenderlas como imprudentes.
Vamos a conceder por el momento que los judíos pro-Israel sean muy tontos para creer que la plataforma es una evidencia de cómo va a gobernar una administración Trump. Sin embargo, no solo no le importa a Trump lo que dice la plataforma en este u otros temas. Es posible que esté rodeado de algunas figuras pro-israelíes dentro de su círculo más cercano, pero Trump ha dado más de un argumento que muestra que su política internacional será aislacionista, lo que hará que el Oriente Medio sea más peligroso para Israel de lo que actualmente es.
Usted puede no estar de acuerdo, al igual que la ADL, con los republicanos sobre si Israel es un «ocupante» en Cisjordania o si la solución de dos Estados tiene sentido. Pero para calificar de «antisionista» a su negativa a presionar a Israel a hacer concesiones es orwelliano. Si la izquierda israelí y sus amigos estadounidenses quieren cambiar la política de Israel, deben ganar la próxima elección israelí. Quejarse de los estadounidenses que simpatizan con Israel es tan miope como ridículo. ■

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