Salo Halegua – Coach Ontológico y Organizacional
“Podremos perdonar, pero nunca olvidar”
¿Alcanzaremos la paz que tanto anhelamos y soñamos con este paradigma (principio referente)?
Este artículo no tiene la intención de convencerle lector de nada más que el ser reflexivo, le agradezco pueda leerlo desde este lugar.
No es verdad lo que yo afirmo, y tampoco es verdad lo que usted asegura, y ni siquiera es verdad lo que declaran nuestros vecinos.
Vivimos en mundos interpretativos y están tan lleno de “verdades” como de personas. Y si hablamos de sociedades, culturas, géneros, países y religiones, aparecen o hasta se imponen otras “verdades” que pertenecen a estos colectivos.
Estas “verdades” surgen de nuestra constitución como individuos y seres sociales que somos, y están cargadas de creencias, juicios, paradigmas y experiencias que hemos vivido, escuchamos, leímos de alguien a quien respetamos o hasta incluso, de alguien al que nos hicieron respetar.
Entonces, creemos en aquello que observamos y lo transformamos en “verdad” y esto, tiene más que ver con nosotros mismos como personas y sociedades que con lo observado. ¿Podríamos decir que surge, entre otros, de nuestro “mundo de creencias y mandatos”?
¡Al creer, creamos!
Son nuestras “verdades” las que crean nuestra forma de observar y éstas, no permiten a lo observado modificarse. En otras palabras: sea lo que sea que esté preparado para ver, será esto lo único que vea del otro y nada diferente a esto podrá existir en el otro; mi forma de observar no se lo permitirá. Al menos, hasta que yo cambie.
“Podremos perdonar pero nunca olvidar”
¿Que pasaría, si toda la humanidad pudiese olvidar? Viva en la pregunta por mínimo dos minutos, no se apure a contestar.
¿Que pasaría si nuevos paradigmas surgieran como el que sigue?
“Todos los seres humanos somos amorosos y respetuosos”
¿Podrían nuevos paradigmas como este, suplantar a muchos de los que tenemos? ¿Podrán éstos, condicionarnos a alcanzar una paz honesta, amorosa y respetuosa? Viva en estas nuevas reflexiones al menos por dos minutos más, no busque una respuesta, solo viva en la pregunta.
Sabemos que cambiar un paradigma lleva su tiempo y el esfuerzo que hay que hacer para que esto suceda necesita de mucha disciplina, a no ser que la solución esté en el mismo lugar y no fuera. ¿Podría surgir del mismo paradigma: “Todos los seres humanos somos amorosos y respetuosos”?
Siga en tono reflexivo, no se responda.
Recordemos también que del “otro lado” hay otro colectivo, con otros paradigmas que son opuestos o al menos, diferentes.
Supongamos que pudiésemos hacerlo, ¿pero esto cambiaría verdaderamente?
Por ahora lo que sabemos es que si seguimos andando el mismo camino, no llegaremos a ningún otro lugar que al que nos lleva el mismo camino que estamos andando.
Esto de andar por nuevos caminos, lo aplicamos en otros espacios como en nuestros trabajos y hasta en nuestras familias, pero aquí los paradigmas son diferentes: “Necesito trabajar, del aire no alimento a mis hijos.” o “ La familia tiene que estar siempre unida.” entre otros que se le puedan venir a la mente. Éstos, nos generan una acción, como mínimo, hacia el encuentro de un equilibrio y en el mejor de los casos a la aceptación.
Como dijo el biólogo y filósofo Humberto Maturana: “…aceptar al otro como legítimo otro”. Es decir, el otro es como es porque nació en otro lugar, otra cultura, otros mandatos, etc. etc.; y estos hacen que su ser sea legítimo mas allá de nosotros. Además, ¿podría juzgarlo y etiquetarlo? Porque de la misma forma, debería aceptar que él lo haga… ; definitivamente un circulo vicioso.
Parecería entonces que esto no nos lleva a ningún lugar, ¿pero si lo acepto y me acepta como “…legitimo otro…”, podremos generar un nuevo diálogo?
¿Surgirán líderes nuevos que sabrán olvidar juntos para creer y crear algo nuevo que nos permita vivir desde este otro paradigma: “Todos los seres humanos somos amorosos y respetuosos” y tener así una paz honesta y respetuosa?
Tal vez, una de las frases que más me marcó de su libro “Máximas” del gran filosofo Isaac Halegua puede darle a usted lector una nueva mirada como cierre de este texto reflexivo:
“No pienses que la patria separa, sus fronteras son para reunir en lo distinto; ¿qué guerras no surgirían de lo primero?”
Los paradigmas nos constituyen y a veces, no saber cambiarlos, nos llevan a un circulo vicioso como parecería estamos viviendo. Si honestamente queremos la paz, ¿podríamos buscar nuevos paradigmas que nos permitan alcanzarla? Si cree que sí, cuales cree usted que puedan ser?
Salo Halegua – [email protected]