El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, anunció en la Knéset (Parlamento de Israel) el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén «antes del final del año que viene».
«Jerusalén es la capital de Israel y como tal (el presidente Donald) Trump ha dado indicaciones al Departamento de Estado para empezar las preparaciones del traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén», declaró frente al Parlamento ante el boicot de los diputados árabes israelíes.
Los parlamentarios de la Lista [Árabe] Conjunta, fuerza de mayoría árabe (que cuenta con trece diputados de un total de 120), levantaron una pancarta con la fotografía de la conocida Cúpula de la Roca, erigida sobre el Monte del Templo de la Ciudad Vieja, con la frase «Jerusalén capital de Palestina», por lo que fueron expulsados.
Pence señaló que Trump «hizo historia el pasado mes» y tomó esta decisión por el «bien de la paz».
Con este reconocimiento, Washington «elige los hechos sobre la ficción», ya que «son la única base para una paz justa y duradera» entre palestinos e israelíes, algo con lo que su país «está comprometido», aseveró el vicepresidente.
«Al anunciar esta decisión sobre Jerusalén, el presidente pide a todas las partes que se mantenga el ‘statu quo’ sobre los lugares sagrados», detalló.
«Como dejó claro Trump, EEUU no tiene intención de tomar posiciones sobre ningún asunto final, incluyendo las fronteras concretas de la soberanía israelí en Jerusalén o la resolución de fronteras en disputa», recalcó.
El pasado 6 de diciembre, Trump rompió con la vieja política exterior norteamericana al reconocer Jerusalén como capital de Israel y anunciar el futuro traslado de la embajada desde Tel Aviv a la Ciudad Santa.
Los palestinos reclaman la parte oriental de Jerusalén como capital de su Estado, un territorio que estaba bajo la ocupación jordana desde 1948 y fue liberado por Israel durante la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexado en 1980.
Desde el anuncio, el liderazgo palestino insiste en rechazar a Washington como mediador, negándose a reunirse con la actual Administración estadounidense. EFE y Aurora