Parashat Toldot

30 noviembre, 2016

Rabino Gustavo Surazski *

Decepción paterna
Parashat Toldot relata en sus primeras líneas el nacimiento de Iaakov y Esav.
El embarazo de nuestra matriarca Rivká –de acuerdo a la Torá- no fue sencillo. Los mellizos pelearon en el vientre materno durante gran parte de la gestación.
El nacimiento –finalmente- generó una dinámica familiar particular: Itzjak Avinu se liga afectivamente a Esav –el mayor de los hermanos- mientras que Rivká muestra una marcada preferencia por Iaakov.
“Y quiso Itzjak a Esav, pues caza (había) en su boca; y Rivká quiere a Iaakov” (Bereshit 25, 28)
Rabí Ishaia Haleví Hurvitz  explica este versículo de manera sumamente original:
El amor de Itzjak hacia Esav dependía de un factor externo. Nuestros sabios dicen al respecto: ‘El amor interesado fenece cuando el interés ya no existe’ (Avot 5, 17). Cuando desaparece la razón del amor, éste muere y se transforma en parte constitutiva del pasado.
Por ello, la Torá dice: ‘Y quiso Itzjak a Esav’. Habla en tiempo pasado porque este amor dependía de la caza que había en su boca; era un amor pasajero y momentáneo.
Frente a ésto, el amor de Rivká a Iaakov nunca murió porque no dependía de causa alguna. Por ello, está escrito en tiempo presente: ‘Y Rivká quiere a Iaakov’. Ella quiere a Iaakov en todo momento, porque su amor no depende de factores materiales. Un amor independiente de intereses externos, dura hasta la eternidad.

Existe un episodio en la biografía de Esav que suele pasarse por alto cuando se analiza el vínculo de éste con sus padres y hermano. Hacia el final del capítulo 26 del libro de Bereshit, nos cuenta la Torá:
“Y era Esav de edad de cuarenta años y tomó por mujer a Iehudit hija de Beri el jiteo, y a Basmat hija de Eilon el jiteo. Y fueron pesadumbre para Itzjak y para Rivká” (Bereshit 26, 34-35).
Resulta imposible comprender en profundidad el episodio narrado a continuación –la bendición de Itzjak a Iaakov- si no se toman en cuenta estos dos versículos.
Cuando Itzjak se dispone a bendecir a Esav, su predisposición era negativa. Las mujeres elegidas por Esav –al decir de Rabí Ishaia Haleví Hurvitz- fueron el punto en el cual el amor de Itzjak hacia su hijo feneció. Su decepción fue suprema.
Habitualmente, cuando se analiza el célebre ardid de Iaakov al recibir la bendición paterna- solemos imaginar a Itzjak como un frágil anciano ciego engañado por su hijo.
La historia es conocida. Rivká, sabiendo que Itzjak se aprontaba a bendecir a Esav, propone a Iaakov una artimaña: vestir una piel de cabrito para aparentar ser su hermano y tomar la bendición de Itzjak.
Itzjak entiende rapidamente que algo extraño ocurre ante sus deteriorados ojos. Decide pues pesquisar a Iaakov, utilizando los restantes sentidos que funcionaban correctamente.
El Gaón Rabí Ionatan Eibshitz de Praga solía decir:
Cuando un hombre pierde la visión, debe explotar al máximo sus cuatro sentidos restantes para compensar su carencia.
Sobre Itzjak Avinu leemos: ‘y oscureciéronse sus ojos de ver’ (Bereshit 27, 1). Y dado que había perdido la visión, incrementó el accionar de sus restantes sentidos para reconocer con sus manos a su hijo Esav. Primeramente obró a través del tacto diciendo: ‘Acércate, por favor, y te palparé, mi hijo’(Bereshit 27, 21). Luego puso atención en su oído y dijo: ‘La voz es la voz de Iaakov’ (Bereshit 27, 22). En tercer lugar se ayudó con su gusto mientras decía: ‘Acerca a mí y comeré’(Bereshit 27, 25). Por último, utilizó su olfato: ‘y olió el olor de sus vestidos’ (Bereshit 27, 27).
Hoy día, se sabe que los no videntes desarrollan capacidades auditivas, táctiles e  intuitivas en un grado muy superior a las personas videntes. Un no vidente puede palpar una moneda y reconocer su valor.
¿Cómo pensar realmente que Iaakov logró engañar a Itzjak?
¿Acaso una persona ciega no sabe que la piel de cabrito tiene otra textura que la piel y el pelo humano?
Hoy día se sabe que una persona no-vidente no necesita apreciar los colores para distinguir entre el sabor de un vino blanco semi-seco y el de un vino tinto cabernet sauvignon…
¿Cómo creer que Itzjak no pudo distinguir entre el sabor de la comida que solía prepararle Esav, de la comida que sirvió Iaakov preparada por Rivká?
Resulta inimaginable creer que Iaakov logró engañar a su padre.
Itzjak, a mi humilde opinión, sabía quién estaba parado delante suyo y –a raíz de decepción sufrida al ver las mujeres escogidas por Esav – decide bendecir al más joven de los mellizos.
Esav es el primero de los descendientes de Abraham, que toma mujeres cnaanitas como esposas. No sólo su padre, Itzjak, miraba de mal modo esta elección. Leímos en Parashat Jaiei Sará que Abraham Avinu advirtió a su siervo Eliezer de no tomar mujer para Itzjak de la hija del cnaanita enviandolo a Aram Naaraim (ver Bereshit 24, 3-4).
Al inicio del capítulo veintiocho, Itzjak sellará su bendición a Iaakov, enviándolo a Padán Aram y advirtiéndole también a él de no tomar mujeres cnaanitas. El viaje a casa de Betuel también lo pondría a salvo de la venganza y de la espada de su hermano.
Esav, al escuchar el consejo paterno, y viendo que las cnaanitas eran malas a ojos de su padre, decide enmendar su elección tomando a Majalat hija de Ishmael como esposa (Bereshit 28, 9).
Lo cual demuestra que Esav no solo era apresurado para elegir, sino también lento para reaccionar…
* Rabino de Kehillat Netzach Israel – Ashkelon

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