Palestinos: El “Muro de la Vergüenza”

25 diciembre, 2016
Campo de verano de Hamás

El Líbano construye un muro alrededor del campo de refugiados palestinos “Ain al Hilweh”
Por Khaled Abu Toameh
“La ecuación que enfrentan las facciones palestinas es clara: entreguen a los terroristas y no habrá muro. Los palestinos han demostrado que no pueden tomar las medidas de seguridad en sus propias manos en este campo”, según un oficial de seguridad libanés. Estas prácticas anti palestinas son regularmente ignoradas por la comunidad internacional, incluyendo los principales medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos, cuya obsesión con Israel los ciega ante la injusticia árabe. Una historia sin un ángulo anti-Israel no es una historia en lo que a ellos respecta.

Ain al Hilweh
Ain al Hilweh

Normalmente, periodistas occidentales y activistas de derechos humanos ni siquiera se molestan en informar o documentar casos de maltrato árabe a árabes. Este abandono de las normas profesionales es la razón por la cual las leyes del apartheid dirigidas hacia los palestinos en varios países árabes siguen siendo desconocidas para la comunidad internacional.
• Las autoridades libanesas también dicen que decidieron construir el muro después de descubrir varios túneles en las inmediaciones de Ain al-Hilweh, utilizados para introducir armas y terroristas dentro y fuera del campamento.
• El nuevo muro no solucionará el problema real: la falta de absorción de los refugiados y la concesión de la ciudadanía. A los palestinos que viven en los países árabes se les niega la ciudadanía (con la excepción de Jordania) y una serie de derechos básicos.
• Ahora es el momento de que la comunidad internacional presione a los países árabes para que comiencen a ayudar a sus hermanos palestinos mejorando sus condiciones de vida e incorporándolos a estos países.
• El problema de los refugiados terminará el día en que sus líderes dejen de mentirles y los confronten con la verdad, básicamente que no habrá “derecho al regreso” y que ha llegado el momento de seguir adelante con sus vidas.
No es ningún secreto que los países árabes han maltratado a sus hermanos y hermanas palestinos, gobernándolos con leyes inhumanas e imponiendo severas restricciones a sus libertades públicas y a sus derechos básicos. Sin embargo, la construcción de un muro alrededor de una comunidad palestina para evitar que los terroristas entren o salgan, ha levantado una barrera en tales infracciones.

Combatientes Al Qaeda
Combatientes Al Qaeda

Esto es precisamente lo que está sucediendo en el Líbano en estos días. La construcción de un muro de seguridad alrededor de Ain al-Hilweh, el mayor campo de refugiados palestino (con una población de casi 120.000 habitantes), ha provocado fuertes críticas de los palestinos y ha resucitado recuerdos de los abusos que reciben regularmente a manos de sus hermanos árabes.
Las autoridades libanesas dicen que los palestinos no les han dejado otra opción que construir el polémico muro de hormigón. Y acotan que los palestinos se niegan a cooperar contra los terroristas que han establecido bases dentro de sus campamentos. Sin embargo, ese problema plantea la pregunta: “¿Qué ha hecho Líbano en el último medio siglo para ayudar a los palestinos que huyeron a ese país?”. La respuesta es “Nada”.

Estado Islámico
Estado Islámico

De hecho, entre todos los países árabes, el Líbano ha sido probablemente el que exteriorizó el peor tratamiento hacia los palestinos. A los refugiados palestinos en el Líbano se les niega el acceso a una vivienda adecuada y a ciertas categorías de empleo. Según Amnistía Internacional: “Más de la mitad de los refugiados palestinos viven en campos deteriorados y con hacinamiento crónico y las prácticas discriminatorias son permitidas por las leyes de estatuto personal y las leyes de nacionalidad”.

Niños gaziatíes - Jihad Islámica
Niños gaziatíes – Jihad Islámica

Estas prácticas anti palestinas son regularmente ignoradas por la comunidad internacional, incluidos los principales medios de comunicación y organizaciones de derechos humanos, cuya obsesión con Israel les ciega ante la injusticia árabe. Mientras que, de vez en cuando, una organización publica un informe sobre la miseria de los palestinos en los países árabes, estos organismos rara vez siguen su trabajo, creando así la impresión de que lo hacen sólo por razones de protocolo.

Presidente del Parlamento Libanés, Nabih Berri
Presidente del Parlamento Libanés, Nabih Berri

Como tal, la situación de los palestinos en muchos países árabes sigue siendo un tabú, en lo que respecta a la comunidad internacional. Normalmente, los periodistas occidentales y los activistas de derechos humanos ni siquiera se molestan en informar o documentar los casos de maltrato árabe hacia otros árabes.
Este abandono de las normas profesionales es la razón por la cual las leyes del apartheid dirigidas a los palestinos en varios países árabes siguen siendo desconocidas para la comunidad internacional. Incluso cuando los periodistas occidentales y defensores de los derechos humanos oyen hablar de estas violaciones, prefieren mirar hacia otro lado. Una historia sin un ángulo anti-Israel no es una historia, en lo que a ellos respecta.

Líder de Hamás, Khaled Mashaal, con residencia en Qatar
Líder de Hamás, Khaled Mashaal, con residencia en Qatar

Entonces, ¿qué está pasando en el Líbano y por qué tantos palestinos están furiosos con las autoridades libanesas?
Hasta hace unos años, la población del campo de Ain al-Hilweh era de 70.000 habitantes. Pero la afluencia de refugiados que huyen de la guerra civil en Siria, desde 2011, ha aumentado la población del campo a casi 120.000. Resulta que muchos de estos nuevos “refugiados” son en realidad terroristas que huyen de Siria e Irak.
Ain al-Hilweh, como la mayoría de los campamentos en Líbano, siempre han sido un gran dolor de cabeza para el Líbano. Parece, sin embargo, que el gobierno libanés ha tenido suficiente.

Primer Ministro Tammam Salam
Primer Ministro Tammam Salam

Durante años, las autoridades libanesas, para quienes el campo está “fuera de límites”, han intentado, sin éxito, de limpiar el campamento de sus cientos de terroristas.
Las fuerzas de seguridad libanesas se alejan de los campos de refugiados en un intento de evitar la fricción con los palestinos que viven allí. Esta evasión ha permitido a los campamentos convertirse en focos para varios grupos jihadistas y terroristas que representan una amenaza no sólo para la seguridad nacional del Líbano, sino también para los propios palestinos y los países árabes vecinos como Jordania, Egipto y Siria.
Alarmadas por esta amenaza, las autoridades libanesas comenzaron a construir un muro de hormigón alrededor de Ain al-Hilweh, provocando una oleada de denuncias de palestinos. Los palestinos afirman que el nuevo muro, que probablemente, si no se decide nada en contrario, se completaría en 15 meses, convertirá al campamento en una gran prisión al aire libre. Se refieren a ella como el “muro de la vergüenza”. Su argumento principal es que es vergonzoso que cualquier país árabe construya un muro alrededor de un campo de refugiados en un momento en que los palestinos piden al mundo que condene a Israel por construir una valla de seguridad para prevenir ataques terroristas contra los israelíes desde Cisjordania.
Los residentes del campamento afirman que las autoridades libanesas los han engañado con respecto a la construcción del muro. Según los residentes, las autoridades los llevaron a creer que iba a ser una pequeña valla en las afueras de partes del campamento y no un muro de hormigón macizo que rodeaba el campamento.
Las autoridades de seguridad libanesas han optado por llamar a la nueva barrera el “Muro de Protección”, subrayando que su objetivo principal es prevenir los ataques terroristas contra el Líbano y detener a los campamentos de convertirse en bases para terroristas y criminales. Las autoridades dicen que si alguien es culpable de la construcción del muro, son los propios palestinos quienes se han negado a cooperar con el gobierno libanés contra los terroristas. “El objetivo es evitar que los terroristas se infiltren en el campamento”, explicó un funcionario de seguridad libanés. “La ecuación que enfrentan las facciones palestinas es clara: entregar a los terroristas y no habrá muro, los palestinos han demostrado que no pueden tomar las medidas de seguridad en sus propias manos en este campo”.
Las autoridades libanesas también dicen que decidieron construir el muro después de descubrir varios túneles de contrabando en las cercanías de Ain al-Hilweh. Estos túneles, dicen, se están utilizando para introducir armas y terroristas dentro y fuera del campamento. Representantes de Ain al-Hilweh y otros palestinos han mantenido reuniones maratónicas con funcionarios del gobierno libanés en las últimas semanas para persuadirlos de detener la construcción del muro, lo que aparentemente pudo haber dado buenos resultados (al cierre de esta edición aún no estaba decidido el rumbo a tomar por las autoridades libanesas). Los palestinos en Ain al-Hilweh ahora amenazan con que si el gobierno libanés no cancela el proyecto, buscarán la intervención de otros países árabes y occidentales, así como de las Naciones Unidas.
Cabe destacar que el liderazgo de la Autoridad Palestina (AP) en Cisjordania no se ha unido a los esfuerzos para persuadir al gobierno libanés de abandonar la idea de construir un muro alrededor del campo. Esta prevención proviene probablemente de la dirección de la AP y de su presidente, Mahmoud Abbás, siendo muy consciente de que Ain al-Hilweh y otros campamentos de refugiados en el Líbano han caído en manos de sus enemigos: Hamás, Jihad Islámica, Estado Islámico y Al Qaeda.
El “Muro de la Vergüenza” parece particularmente molestar al líder de Hamás, Khaled Mashaal. La semana pasada, telefoneó a varios funcionarios libaneses, entre ellos el Primer Ministro Tammam Salam y el Presidente del Parlamento, Nabih Berri, para advertir sobre las consecuencias de la construcción del muro. Mashaal, que tiene su sede en Qatar y disfruta de una vida lujosa que la mayoría de los palestinos ni siquiera pueden soñar, instó al gobierno libanés a detener la construcción de la muralla y dijo que el muro pondría en peligro la vida de los refugiados palestinos y tendría “repercusiones negativas”.
El portavoz de Hamás en el Líbano, Ra’fat Murra, desestimó las preocupaciones de seguridad del Líbano por construir el muro. Advirtió que el muro convertiría el campo en un enclave aislado y exacerbaría las tensiones entre palestinos y libaneses.
Murra, sin embargo, expresó su disposición a cooperar con las autoridades libanesas en la aprehensión y entrega de los terroristas buscados que habían encontrado refugio dentro de Ain al-Hilweh. Las protestas contra el muro alcanzaron su pico cuando cientos de palestinos (y algunos libaneses) salieron a las calles de la cercana ciudad de Sidón, en el sur del Líbano, pidiendo al gobierno que detuviera inmediatamente la construcción. Los manifestantes advirtieron que el muro aumentaría aún más las tensiones entre palestinos y libaneses y reduciría en mayor medida a la calidad de vida de los residentes del campamento.
Líbano puede estar justificado en la construcción de un muro de seguridad alrededor del campo de refugiados palestinos. Sin lugar a dudas, Ain al-Hilweh y otros campamentos se han convertido en centros para grupos terroristas y criminales, y el Líbano tiene todo el derecho de combatir el terrorismo. Sin embargo, el Líbano necesita encontrar maneras de asimilar, en lugar de alienar, a los palestinos. Además, se trata de un problema que se extiende más allá de las fronteras del Líbano. Lo mismo se aplica a los campamentos de Cisjordania, Franja de Gaza, Siria y Jordania.
El maltrato continuo hacia los palestinos a manos del Líbano y de otros países árabes es totalmente injustificado. El nuevo muro, con torres de vigilancia, que se está erigiendo alrededor de Ain al-Hilweh, puede impedir que algunos terroristas se infiltren en el campamento, pero no resuelve el verdadero problema, es decir, el no absorber a los refugiados y concederles la ciudadanía. De hecho, a los palestinos que viven en los países árabes se les niega la ciudadanía (con la excepción de Jordania) y una serie de derechos básicos.
Ahora es el momento de que la comunidad internacional presione a los países árabes para que comiencen a ayudar a sus hermanos palestinos mejorando sus condiciones de vida e incorporándolos a estos países. Mantener a los palestinos en los campos de refugiados durante más de seis décadas es mortalmente contraproducente. Los campos se convierten en santuarios para los terroristas que representan una amenaza para la seguridad nacional y la estabilidad en estos países árabes. No hay ninguna razón por la que al palestino que vive en el Líbano o Egipto o Kuwait se les prohiba comprar su propia casa.
Además, las mentiras de los Estados árabes sobre el regreso de los refugiados a las antiguas casas dentro de Israel, que durante tanto tiempo han alimentado a los refugiados, han sobrepasado su utilidad. El problema de los refugiados terminará el día en que sus líderes dejen de mentirles y los confronten con la verdad, básicamente que no habrá “derecho al regreso” y que ha llegado el momento de que sigan adelante con sus vidas.
Si las mentiras no terminan, llegará el día en que estos países se vean obligados a colocar a todos los refugiados detrás de muros y cercas, lo que probablemente no mejore la estabilidad en estos países. Ain al-Hilweh debe servir como una llamada de atención a todos los árabes que siguen sometiendo a los palestinos a las leyes y prácticas del apartheid.
Fuente: Instituto Gatestone

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