Nuevo manifiesto contra el antisemitismo en Francia

En un libro que publicará la editorial francesa Albin Michel, quince intelectuales toman la pluma para denunciar el antisemitismo, que en Francia tiene proporciones violentas. La muerte a golpes de Sarah Halimi, una parisina indefensa de 65 años de edad, el 4 de abril de 2017, tardó diez meses en ser reconocida por la justicia francesa como causado por el antisemitismo. El 23 de marzo de este año, menos de un año después, en el mismo distrito, en el corazón de la capital, tuvo lugar el asesinato de Mireille Knoll, de 85 años, que revivió la emoción y la indignación nacidas del caso Halimi. La investigación del caso está en curso.

Más de 300 signatarios han firmado la solicitada a la convocatoria escrita por un colectivo, incluido Philippe Val, el ex director de la revista “Charlie Hebdo”. Entre ellos, firman decenas de líderes políticos, religiosos y culturales, destacándose el Gran Imam de París Hassem Chalgoumi, el Mufti Mohamed Ali Kacim, Waleed al-Husseini, el escritor Boualem Sansal, la intelectual Julia Kristeva, Charles Aznavour, Gerard Depardieu, Bertrand Delanöe, Nicholas Sarkozy, etc.

“Limpieza étnica antijudía”

El manifiesto, publicado en el periódico Le Parisien, sostiene que “el antisemitismo no es asunto de los judíos, es asunto de todos. Los franceses, cuya madurez democrática se ha medido después de cada ataque islamista, viven una trágica paradoja. Su país se ha convertido en el teatro del antisemitismo letal. Este terror se extiende, provocando tanto la condena popular como un silencio mediático que la reciente marcha ha ayudado a romper.

Cuando un primer ministro en la plataforma de la Asamblea Nacional declara, ante el aplauso de todo el país, que Francia sin los judíos, ya no es Francia, no es una hermosa frase consoladora sino una advertencia solemne: nuestra historia europea, y particularmente la francesa, por razones geográficas, religiosas, filosóficas y legales, está profundamente relacionada con varias culturas entre las cuales el pensamiento judío es decisivo. En nuestra historia reciente, once judíos han sido asesinados y algunos torturados, por radicales islamistas, por ser judíos.

Sin embargo, la denuncia de la islamofobia oculta las cifras del Ministerio del Interior: los judíos franceses tienen 25 veces más posibilidades de ser atacados que sus compañeros musulmanes. El 10% de los ciudadanos judíos de Ile-de-France, es decir unas 50.000 personas, se vieron obligados a mudarse recientemente porque ya no estaban seguros en algunas ciudades y porque sus hijos ya no podrían asistir más a la escuela pública. Esta es una limpieza étnica en el país de Emile Zola y Clemenceau.

¿Por qué ese silencio? Porque la radicalización islamista -y el antisemitismo que transmite- es considerada exclusivamente por algunas elites francesas como la expresión de una revuelta social, mientras que el mismo fenómeno se observa en sociedades tan diferentes como Dinamarca, Afganistán, Mali o Alemania… Porque al antiguo antisemitismo de la extrema derecha, se agrega el antisemitismo de una parte de la izquierda radical que encontró en el antisionismo la coartada para transformar a los verdugos de los judíos como víctimas de la sociedad. Porque la bajeza electoral calcula que el voto musulmán es diez veces más alto que el voto judío”.

“El Islam debe liderar el camino”

El manifiesto exige más protagonismo del Islam de Francia en contra del antisemitismo musulmán: “Pero en la marcha por Mireille Knoll, hubo imames conscientes de que el antisemitismo musulmán es la mayor amenaza para el Islam en el siglo XXI y el mundo de paz y libertad en el que eligieron vivir.  En su mayoría, ellos están bajo protección policial, lo que dice mucho sobre el terror que los islamistas ejercen sobre los musulmanes en Francia.

Por lo tanto, pedimos que los versículos del Corán que piden el asesinato y castigo de judíos, cristianos y ateos sean obsoletos por las autoridades teológicas, como lo fueron las incoherencias de la Biblia y el antisemitismo católico abolido por el Vaticano II, para que ningún creyente pueda confiar en un texto sagrado para cometer un crimen.

Esperamos que el Islam de Francia lidere el camino. Exigimos que la lucha contra la bancarrota democrática del antisemitismo se convierta en una causa nacional antes de que sea demasiado tarde. Antes de que Francia ya no sea Francia.”