Nuevo enfoque radical para primeros auxilios psicológicos

El experto en traumas Dr. Moshé Farchi enfatiza la importancia de la comunicación cognitiva para cambiar la atención inmediata de las emociones a las acciones.
Cuando se trata de alguien en un trauma psicológico, la mayoría de las personas instintivamente mantienen y calman a la persona. Esta actitud puede ser bien intencionada, pero no es útil, según el trabajador social clínico Dr. Farchi, cuyo enfoque contraintuitivo fue adoptado recientemente como el modelo nacional de primeros auxilios psicológicos del Ministerio de Salud. Este enfoque enfatiza la importancia de la comunicación cognitiva para cambiar la atención inmediata de emociones a acciones.
Farchi es jefe de Estudios de Estrés, Trauma y Resiliencia en Tel-Hai College y enseña y usa su método en varios países también. Durante su desempeño como oficial de la reserva de salud mental en las Fuerzas de Defensa de Israel, Farchi notó que los enfoques usados para ayudar a los soldados traumatizados en el campo simplemente no eran efectivos. Entonces emprendió nuevas investigaciones mostrando las razones científicas de ese fracaso.
Decidió crear un nuevo modelo de primeros auxilios psicológicos basados en los últimos avances científicos y que resulten fácil de implementar por cualquier persona que se encuentre en esos momentos en la escena, no únicamente por profesionales de salud mental quienes probablemente no estarán disponibles de inmediato.
El programa en sus siglas en hebreo se llamaría MASHA: Compromiso y continuidad: la persona que está ayudando a otra en estado traumático, deberá crear un compromiso entre las dos, un compromiso que le brinde sensación de seguridad. Por ejemplo, le puede decir al afectado: “Estoy aquí contigo y no me iré a ningún lado”.
Alentando, animando; promoviendo, estimulando: En lugar de intentar calmar al paciente, darle un vaso de agua y distanciarlo de la escena, se le debe alentar a actuar ayudándose a sí mismo y al medio ambiente, mediante instrucciones simples que tengan que ver con el contexto del evento.
Comunicación cognitiva, preguntas que requieren reflexiones: El canal de comunicación con la persona afectada debe ser un canal intelectual en lugar de un canal emocional. No se debe alentar a la víctima a expresar sus sentimientos durante o después del evento. Se le puede decir, que indique cuántas personas hay alrededor, o cuánto tiempo piensa que hay que esperar para que lo ayuden, etc. Es decir, preguntas que requieren la aplicación del pensamiento y no de la activación emocional.
El control y la conclusión del evento que sea claro que el evento ha finalizado: Por ejemplo: En caso de una explosión, se puede hacer hincapié en “hace dos minutos hubo una explosión, ahora las fuerza de rescate y ayuda están aquí y todo ha terminado”.
Este modelo exige la activación mental y física de la persona traumatizada. Activar puede indicar hacer por ejemplo que la persona salga a caminar o tenga que decidir algo con respecto a la situación que está viviendo. De cualquier modo, hasta las personas heridas en un trauma psicológico puede tomar decisiones en orden de tomar control de la situación, aclara Moshé Farchi. Explica asimismo, que hay estadísticas que demuestran que la intervención inicial cercana al evento reduce significativamente las posibilidades de desarrollar síntomas postraumáticos. Además, la concesión de los primeros auxilios, directamente en el campo de los hechos, ayuda a la persona a regresar a las situaciones vividas y reduce la necesidad de intervenciones profesionales adicionales en hospitales o en centros de rehabilitación.
El fundamento científico de este enfoque según demostraron otros estudios es el centro de las emociones del cerebro, “Activar la amígdala es calmar a la persona emocionalmente provoca que la corteza prefrontar disminuya su función y viceversa”, explica el Dr. Farchi.
La comunicación emocional por ejemplo decir: “Por supuesto que estás asustado”, sólo refuerza la sensación de impotencia de la persona, mientras que la comunicación cognitiva cambia la atención de las emociones a acciones. “En lugar de estabilizar la sensación de estar asustado, activamos a la persona.
Moshé Farchi trabajó con las víctimas del tifón filipino en coordinación con organizaciones humanitarias israelíes. “Las personas que atraviesan eventos traumáticos están confundidas y no pueden sincronizar el evento en un orden lógico, lo que significa que el punto final del evento tampoco puede ser regularizado por ellos, esto significa que para la persona el incidente no termina. ■

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