Por Henry Weich
Pigumim (Israel, 2017). Dirección: Matan Yair. Es este el primer largometraje del cineasta, Andamios, que ganó el premio de la selección ACID en el último Festival de Cannes.
Es en cierta manera una docuficción basada en una historia de la vida real de su protagonista, el actor no profesional Asher Lax alumno de Yair en la escuela de Hertzlía y maestro de un grupo de alumnos problemáticos parecidos al que se presenta en el film.
Asher está en el último año de la escuela secundaria y se está preparando para los exámenes de bachillerato. Es hijo de Milo (Yaakov Cohen), dueño de una compañía de andamios que es lo único que le interesa y en cierta manera desaprueba los estudios de Asher a los que no ve ninguna utilidad cuando herede la compañía que es la que le dará el sustento.
Es una compañía exitosa y Asher trabaja ahí a la par de los obreros de Milo que le advierte que no se suba a lo alto, pero el hijo no le hace caso y se trepa en cuanto el padre se va a otro trabajo. Asher es empeñoso y toma en serio las horas de trabajo que le permiten los estudios.
En la escuela está en la clase de Rami (Ami Smolarchik), de literatura e historia y Rami tiene una manera de enseñar que lo convierte en favorito entre sus alumnos. Como tiene especialmente jóvenes con problemáticas disciplinarias, Rami tiene que hacer malabarismos para mantener la atención de los alumnos en sus clases, algunos son agresivos, otros distraídos y Asher casi siempre está al borde del estallido cuando no entiende algo o cuando le parece que le están tomando el pelo.
Milo insiste en que le está dedicando demasiado tiempo a los estudios y conocer la tragedia de Antígona no le va a servir de nada. En el film actúan no sólo Asher que fuera alumno de Yair, sino otros jóvenes. En una de las clases Rami explica que no aparece una emoción única, como ser envidia, celos, ira, sino varias que surgen simultáneamente, una especie de revelación para el agresivo Asher.
En cierta ocasión Rami le da una especie de deber “qué le gustaría decirle a su padre”, algo que el muchacho hace debidamente, entregándole el papel al maestro que en cierta manera se ha convertido en figura paterna en cuanto a las aspiraciones del alma de Asher, algo de lo que Milo es distante.
Ha crecido bajo la tutela de su padre luego de que a corta edad la madre abandonara el hogar, ella se ha mudado a otra ciudad y de vez en cuando lo vemos a Asher hablando con ella por teléfono pero la voz de la madre sólo la escucha él.
Los muchachos le preguntan al maestro sobre su vida: casado, tiene 41 años y no tiene hijos. ¿Por qué?, es una pregunta sin respuesta. Asher con sus maneras bruscas entra en conflicto con la dirección de la escuela, no tiene problemas en franquear puertas cuando le parece que se está cometiendo una injusticia.
Pero de pronto surge una tragedia inesperada, eso mientras Milo está internado en el hospital por un tumor cerebral, pero no se trata de él, la manera de Yair de informar al espectador es directa sin demasiados alardes pero no hay duda de que se trata de un evento y las cosas se volverán más confusas y complicadas para nuestro protagonista.
La falta de confianza de Asher hacia el sistema educativo es patente y Yair le da salida en varias ocasiones como por ejemplo cuando él relata el cuento de Chejov e insiste que se trata de un caballo y no un burro, son toques que llevan a Asher a estallar ante esa nimiedad cuando en realidad ha hecho un buen trabajo.
Uno de los aciertos de Yair y son numerosos, es no usar el tema de los andamios como metáfora para inmiscuirlo en los otros aspectos de la vida de su protagonista, que en realidad trata a su entorno como si se tratase de un frente que hay que atacar sin cesar. Asher Lax tiene 22 años de edad cuando encarna a un joven de 17, pero eso no merma en su actuación muy meritoria.
El fotógrafo polaco hace un excelente trabajo siguiendo a Asher cámara al hombro en su comportamiento errático, componiendo coreografías de gran mérito. En suma, muy buen film israelí, buen guión, buena actuación, de los mejores de la actualidad cinematográfica local. ■