La acusación es que 17 meses después de lograr un acuerdo histórico para proporcionar un espacio no ortodoxo en el sitio de oración más sagrado del judaísmo, el primer ministro israelí Biniamín Netanyahu renegó de él en un voto del gabinete el domingo, cancelando efectivamente el acuerdo y cediendo a los intereses de sus socios ultraortodoxos de la coalición.
Netanyahu no está de acuerdo. Lejos de matar el compromiso, cree que su voto le ha dado una nueva vida. Y lejos de traicionar a los judíos de la diáspora, dice que el voto muestra su preocupación por los judíos de todo el mundo.
En una larga conversación con la Jewish Telegraphy Agency, la oficina de Netanyahu explica por qué lo hizo.
El acuerdo, que fue aprobado por el Gabinete en enero de 2016, tiene tres componentes. El primero es una expansión física y actualización de la sección de oración no ortodoxa al sur de la conocida plaza del Muro Occidental. El segundo es la construcción de una entrada compartida a las secciones ortodoxa y no ortodoxa. El tercero es la creación de un comité judío interdenominacional por el gobierno para gobernar la sección no ortodoxa.
La decisión del domingo, sostiene la oficina, deja en su lugar la expansión física del lugar de oración, suspendiendo la creación del comité interdenominacional. Los socios ultraortodoxos de Netanyahu se opusieron a la idea de que el comité equivalía al reconocimiento estatal del judaísmo no ortodoxo.
Con la controversia sobre el comité congelada, explica la oficina, la construcción real en el sitio puede comenzar sin obstáculos y se acelerará.
“La pieza simbólica estaba reteniendo a la pieza práctica”, dijo el funcionario de la Oficina, que deseaba permanecer anónimo debido a la sensibilidad del tema.
“Lo que se congeló fue la parte simbólica. La parte práctica de avanzar los arreglos del espacio de oración, continuará. Lamentablemente, hay personas de ambos lados que están convirtiendo esto en un conflicto insoluble”.
Sin embargo, varios aspectos del proyecto en su forma actual son oscuros. No está claro si la expansión del sitio se llevará a cabo de acuerdo con las dimensiones delineadas en el acuerdo de 2016. Tampoco está claro si la construcción comenzará en la entrada compartida del sitio o si el espacio no ortodoxo tendrá un personal, libros de oración accesibles y rollos de Torá, como se prometió en el acuerdo.
El funcionario dijo a la JTA que la suspensión del acuerdo es en sí un compromiso: los partidos ultraortodoxos querían cancelar el acuerdo por completo, un paso que dijo Netanyahu no estaba dispuesto a tomar. Congelar el acuerdo, dijo el funcionario, permite que continúen las negociaciones para volver a consolidarlo. También puede ayudar una respuesta aceptable a la Corte Suprema, que está considerando una petición para obligar al gobierno a proporcionar un “espacio apropiado” para la oración no ortodoxa en el Muro.
El funcionario agregó que “el primer ministro toma muy en serio las relaciones de Israel con la diáspora judía”.
Pero los líderes no ortodoxos no están conformes con estas explicaciones.
El rabino Steven Wernick, director general de la Sinagoga Unida del Judaísmo Conservador, calificó el voto del domingo de “truco de mano”. Lo está tratando como una cancelación del acuerdo, dado que el acuerdo no se había implementado casi un año y medio después de ser aprobado.
“En realidad no es una congelación, es una muerte”, expresó Wernick. “Ya está congelado. No ha estado moviéndose por 18 meses. Estábamos esperando, y hemos sido asegurados por el primer ministro todo el tiempo que las negociaciones estaban siendo exitosas. Eso no ha sucedido”.
Para los líderes judíos también es insuficiente la expansión del espacio de oración. Señalaron que la entrada compartida otorgaría al espacio no ortodoxo igualdad de posición con la sección ortodoxa, pero el plan actual para ampliar el espacio es desconocido.