El primer ministro, Biniamín Netanyahu, sugirió en un acto de su partido, el Likud, que la Policía podría recomendar su imputación por cargos de corrupción, tras interrogarle en siete ocasiones este año, aunque aseguró que «quedará en nada».
En un acto del partido Likud en la localidad de Ramat Gan (aledaña a Tel Aviv), el jefe del gobierno volvió a acusar a los partidos de izquierda y a los medios de una «caza de brujas contra él».
«Bueno, habrá recomendaciones, ¿y qué? Dudo que lo sepan, pero la mayoría aplastante de recomendaciones (de imputar) de la Policía acaban en nada», señaló.
Según aseguró, «el 60 % de las recomendaciones policiales acaban en la basura. Más del 60 % no finalizan en imputación. Demuestran ser recomendaciones falsas contra miles de ciudadanos y oficiales públicos electos, y mientras tanto arruinan la vida de la gente».
Estas declaraciones tienen lugar después de que su Gobierno tratase de sacar adelante una ley para que la Policía no pueda hacer recomendaciones a la Fiscalía tras llevar a cabo una investigación en casos que involucren a altos cargos -a no ser que esta se lo requiera específicamente- y que, de hacerse, estas no se difundan.
Esta ley motivó multitudinarias protestas contra la corrupción gubernamental, a las que asistieron miles de personas y que llevaron a Netanyahu a ordenar reformar la propuesta de ley para que esta no se aplique en su caso.
El jefe del opositor Campo Sionista, Avi Gabbay, respondió a Netanyahu asegurándole que «está mezclando las cosas».
«No fue la Policía la que recibió regalos por valor de 200 mil dólares, sino tu. En vez de atacar a la Policía, enfréntate al público y di: me equivoqué», le instó.
Netanyahu es considerado sospechoso por la Policía en dos casos, conocidos como 1.000 y 2.000. En el primero se le investiga por recibir lujosos regalos de millonarios supuestamente a cambio de favores, y en el segundo por tratar de conseguir una cobertura beneficiosa de un medio a cambio de perjudicar a otro. EFE y Aurora