Uvda, el tradicional programa de noticias de investigación del Canal 2, regresó con su vigésima tercera temporada. La inauguración de la temporada fue una función de una hora, preparada por la presentadora Ilana Dayán, muy crítica del accionar del Primer Ministro Biniamín Netanyahu.
Decenas de ex allegados de Netanyahu y altos funcionarios habían sido entrevistados y no le dieron una buena imagen: entre las historias reveladas, se contó cómo el primer ministro despidió a un candidato del Mossad por no haberle prometido lealtad personal. Algunos de los detalles y la esencia general del informe eran ya conocidos por los israelíes que han estado siguiendo estos asuntos de cerca en los últimos años, pero la reunión de todos ellos por el programa despertó la preocupación del primer ministro.
El segmento más notable del programa fue cuando la presentadora Ilana Dayan –una de las periodistas más respetadas por Israel e incluso en las esferas gubernamentales- leyó la respuesta del primer ministro, acusándola de «extremista de izquierda» y de «querer derribar el gobierno». Netanyahu afirmó que Dayan persiguió sistemáticamente a la derecha ignorando las transgresiones de la izquierda, y calificó el informe de «propaganda política transmitida contra el primer ministro y su esposa, totalmente compuesto de rumores calumniosos reciclados y mentiras viles».
A continuación acusó al programa de «inclinarse al más bajo de los instintos» en su cobertura de Sara Netanyahu y afirmó que era «un buen ejemplo de por qué el mercado de los medios de comunicación debe ser reformado… para permitir una gama y una plétora de opiniones».
Ilana Dayan respondió a la carta en su propio programa: «enviamos al primer ministro de antemano 32 preguntas detalladas sobre el informe. No obtuvimos una respuesta relevante a ninguna de ellas».
La oposición política se hizo escuchar. El ex ministro de defensa Ehud Barak acusó al primer ministro de «paranoico». Yair Lapid dijo que Netanyahu «no muestra la compostura de un estadista», Isaac Herzog lo acusó de «querer instaurar un estado KGB que busca obstaculizar el trabajo de los guardianes de la democracia».