Ministros israelíes plagados por investigaciones policiales

5 junio, 2017
Foto Facebook

La actual coalición gobernante tiene a varios de sus miembros ya investigados por sospechas de corrupción, lo que echa una sombra sobre la credibilidad de la clase política.

Están siendo investigados el primer ministro Biniamín Netanyahu, el ministro Haim Katz, el ministro Uri Ariel, el ministro Aryeh Deri, los diputados Nisan Slomiansky y Miki Zohar.

El diputado Miki Zohar, director del Comité de Justicia Social y de Igualdad y miembro del Likud, es sospechado de cometer infracciones en la construcción de su casa privada en Kiriat Gat. El Consejo local de Construcción pidió investigar a Zohar luego de la revisión del Cuerpo de Ingenieros de la Municipalidad de Kiriat Gat, que encontró las irregularidades en la construcción de su casa.

El diputado Nisan Slomiansky (Habait Hayehudí), director del Comité Jurídico de la Knéset, es investigado por acoso sexual. Fue interrogado la semana pasada cuatro horas por la policía, que tiene dos testigos mujeres que claman haber sido acosadas por él. Si bien las denuncias no fueron aún registradas, éstas pueden reforzarse en base a las sospechas en su contra.

El ministro de Bienestar Social y Trabajo Haim Katz (Likud), se encuentra en el centro de dos investigaciones que lo involucran en graves delitos. La primera investigación es dirigida por la Autoridad de Valores, que sospecha de que Katz cometió el delito de encubrimiento, utilización de información privilegiada violando la integridad de su función. La segunda investigación es conducida por la unidad de delitos Lahav 433 de la policía, que se dedica al asunto de corrupción en la compañía IAI (Industrias Aeroespaciales de Israel), en donde él habría extorsionado a los trabajadores a votar por el Likud.

El ministro de Agricultura Uri Ariel (Habait Hayehudí) no ha sido investigado hasta ahora – pero el Contralor del Estado Joseph Shapira describió en su informe graves conductas de su gestión. En su cadencia como ministro de Vivienda (2013-2015), aprobó un plan de construcción de vivienda en las ciudades periféricas, y designó a personas cercanas a sus intereses políticos e ideológicos.

El ministro de Interior Aryeh Deri (Shas) es investigado por la policía y la Autoridad de Impuestos por la venta de cinco apartamentos del barrio Guivat Shaul en Jerusalén a su hermano el abogado Shlomo Deri. Los apartamentos fueron vendidos por 4.2 millones de shekels, un precio mucho menor que el que les corresponde. Deri es también acusado de favoritismo al haber apuntado a su esposa Yafa al mando de “Mifalot Simjá” (Fábricas de Felicidad), la red educativa de las niñas religiosas.

El primer ministro Biniamín Netanyahu está siendo escrutado por investigaciones que pueden determinar su destino político. El “Caso 1000” se ocupa de analizar los regalos caros –cigarros, joyas- que recibió él y su esposa Sara de parte de empresarios y magnates como Arnon Milchan. En el “Caso 2000”, se analiza las relaciones entre Netanyahu y el dueño del periódico Yediot Ajronot Noni Mozes, quienes supuestamente habían negociado a cambio de obtener una cobertura más favorable al primer ministro.

La policía puede recomendar al Fiscal General Avichai Mandelblit recomendar una acusación contra Netanyahu por el Caso 1000 de los regalos.

 “El público está perdonando la corrupción y el hedonismo

Según el Prof. Mordechai Kremnitzer del Instituto Israel de Democracia, interrogado por el periódico The Marker, “parte de la opinión pública no realiza una diferencia concienzuda entre los acusados y los culpables. En el momento en que un funcionario es sospechoso, inmediatamente se lo cataloga de ´corrupto´. Hay una idea generalizada de que cualquiera que se dedique a la política debe necesariamente pagar el precio de ser corrupto. Esta idea es peligrosa, porque mina la confianza del público en la política, y esto se termina con perdonar la corrupción y el hedonismo”.

Kremnitzer agregó: “Hay que ser enfáticos: hay políticos corruptos, pero hay una mayoría limpia. La imagen que se deriva de las investigaciones policiales es peligrosa, y es necesario evitar la consecuencia de que no todos los políticos investigados son culpables y corruptos, y mucho menos que todos los políticos son corruptos”.

El académico plantea que en Israel “faltan normas públicas, a diferencia de las normas judiciales. El hecho de que Aryeh Deri haya vuelto a la política años luego de haber sido excarcelado – y encima al mismo ministerio que ocupaba antes de ser condenado por corrupción – es una muestra de que carecemos de normas públicas básicas que establezcan que conductas como esas no pueden tener lugar. Pareciera que todo lo que no es sancionado ex ante por normas judiciales, es permisible”.

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