Un grupo de manifestantes atacó con piedras y ladrillos una escuela religiosa en la localidad de Eshtehard, en el norte de Irán, en el marco de las protestas que se llevan a cabo en los últimos días en varias ciudades del país, informó la agencia semioficial iraní Fars.
El director de la escuela, Hoyatoleslam Hendianí, explicó que los manifestantes rompieron primero los cristales de la sala de rezo y se retiraron, pero horas después regresaron e intentaron romper las puertas e incendiar el interior de la escuela, sin lograr su objetivo.
El grupo de manifestantes fue dispersado por la policía antidisturbios, que está efectuando una campaña de arrestos casa por casa, ya que tiene identificados a los atacantes, agregó Hendianí.
«Mientras realizaban estos sabotajes corearon consignas para crear caos», indicó el clérigo, en alusión a que gritaban lemas contrarios a la República Islámica.
Hendianí dijo, asimismo, que los atacantes se concentraron en el centro de la ciudad Eshtehard, en la provincia de Alborz, siguiendo el llamamiento de «los grupos enemigos y contrarios al sistema».
Las protestas que han estallado esta semana en Irán han estado motivadas por la crisis económica, pero en algunos casos los lemas han derivado en críticas no solo contra las políticas del Gobierno sino contra el propio sistema.
Las mayores manifestaciones han tenido lugar en ciudades como Isfahán, Shiraz, Karaj y Mashad. E incluso en la capital, Teherán, hubo el jueves una pequeña concentración.
La fuerte devaluación del la moneda nacional en los últimos cuatro meses, que ha perdido dos tercios de su valor, ha provocado una grave crisis económica y un aumento de la corrupción.
A la subida de los precios se suman los problemas para importar productos, una situación que se prevé empeore con la entrada en vigor el próximo 7 de agosto de las sanciones estadounidenses contra Irán.
El Parlamento iraní ha convocado al presidente, Hassan Rohaní, para responder en el plazo de un mes a las preguntas de los diputados sobre los problemas económicos del país.
Rohaní ha cambiado al gobernador del Banco Central de Irán y se plantea remodelar el equipo económico de su Ejecutivo, pero por el momento las medidas adoptadas no han aliviado la crisis.
A finales de diciembre pasado, una ola de protestas sacudió la mayoría de las ciudades del país motivada también por la carestía, aunque derivó en críticas contra el propio sistema de la República Islámica y se saldó con la muerte de 25 personas en los disturbios. EFE